La agencia de calificación crediticia Fitch Rating ha rebajado la calidad de la deuda a largo plazo de California hasta "BBB" desde "A-". Además, ha dejado los bonos del Estado más poblado de EEUU en perspectiva negativa. Una degradación que llega a penas dos semanas después de que la misma agencia degradara la deuda de California a "A-" desde "A".
La degradación a BBB está basada en la continua incapacidad del Estado para alcanzar un acuerdo sobre su agujero presupuestario que supera ya los 26.000 millones de dólares. Los continuos intentos de Schwarzenegger para alcanzar acuerdos en la cámara de Sacramento han sido inútiles. Primero intentó sacar adelante importantes subidas de impuestos que frenaron los contribuyentes en las urnas. Después, decretó la liquidación del Estado de Bienestar con recortes de gasto que pueden calificarse como espectaculares. Los demócratas se encargaron de echarle freno en el Congreso.
Así, y tras la negativa de Washington a acudir al rescate con los fondos de adquisición de activos (TARP) del Plan Paulson, California se acercaba sin remedio a la fecha límite en la que el colapso sería la única salida posible. Ya la pasada semana, el controlador general del Estado John Chiang, comenzó a emitir bonos (o pagarés) para satisfacer los pagos a los que tiene que hacer frente el Estado, entre otros, las devoluciones de impuestos.
Con esta nueva degradación y colocación en perspectiva negativa, los bonos que imprime el señor Chiang se han convertido en pagarés basura. Es decir, que estos bonos reflejan un fuerte riesgo a corto plazo. En opinión de Fitch, esto podría agravar la situación económica, los ingresos y los problemas de liquidez del Estado. Precisamente esta forma de pago fue la ques propuso el propio Chiang cuando el Estado de California tuvo que reconocer el fuerte problema fianciero que tenía al entrar en quiebra técnica un mes antes.
Los bancos no quieren pagarés
Pero esta degradación de Fitch no ha llegado sola. Con ella, los grandes bancos de EEUU que operan en este Estado han comunicado que no aceptarán pagarés de California.
El método habitual es que el Estado satisfaga sus deudas con contribuyentes, administraciones, proveedores, etc. mediante papel (promesa de pago). Hasta ahora, las entidades financieras, descontaban el bono y lo convertían en moneda para que el beneficiario del mismo pudiera disponer de esos recursos futuros.
Ahora, en cambio, estos grandes bancos, entre los que destacan Bank of America Corp., Citigroup Inc., Wells Fargo & Co. y JP Morgan Chase & Co., han comunicado que no aceptarán esta forma de pago. "Estamos muy decepcionados, como muchos ciudadanos, de que California haya tomado esta lamentable decisión de satisfacer sus pagos mediante pagarés en lugar de pagar en efectivo a empresas e individuos", decía Lisa Stevens, de Wells Fargo, según recoge The Wall Street Journal.
Por el otro lado, los funcionarios dijeron sentirse decepcionados por la actitud de los bancos. El portavoz de John Chiang, Grain Cassaleggio, señalaba que "no queremos que nadie tenga problemas para canjear los pagarés cuando necesiten dinero".
De momento, algunas cooperativas de creedito se han comprometido a descontar los bonos. No en vano, California tiene previsto emitir 3.000 millones en pagarés. De momento, los acreedores que posean pagarés y cuya entidad bancaria no se lo descuente se verán obligados a quedarse con ellos hasta su vencimiento el próximo 2 de octubre, o encontrar otros bancos que los descuenten. El Estado promete pagar un interés anual del 3,75% en el momento del vencimiento del pagaré.