Ford explicó este miércoles que las dos partes han alcanzado un acuerdo en lo concerniente al ámbito comercial, aunque todavía tienen que seguir negociando para cerrar la transacción en aspectos como la documentación final, la financiación y la aprobación gubernamental.
Según la multinacional con sede en Dearborn (Michigan), la operación garantiza a Volvo los recursos necesarios, incluidas las inversiones de capital, para reforzar su negocio y potenciar la marca en el ámbito global. Ford, por su parte, seguirá centrándose en su plan estratégico, denominado ONE Ford.
La compañía norteamericana, la única de los 'tres grandes' de Detroit que no se ha acogido a la suspensión de pagos, seguirá cooperando con Volvo en distintas áreas tras la venta, aunque no tiene previsto mantener ninguna participación accionarial en la marca sueca.
Ford indicó que ofrecerá más detalles sobre la operación una vez suscrito el contrato de compraventa, en el primer trimestre de 2010. Las partes no han concretado el importe de la transacción, que, según distintas fuentes, podría situarse en torno a 2.000 millones de dólares (unos 1.400 millones de euros al cambio actual).
Volvo será la cuarta marca de la que se deshace la firma del óvalo en los últimos años, tras la venta de Aston Martin a un consorcio de inversores árabes y la adquisición de las firmas británicas Jaguar y Land Rover por parte del grupo indio Tata.
La corporación norteamericana compró Volvo Cars en el año 1999 por una suma de 6.450 millones de dólares, que equivalieron entonces a 5.568 millones de euros y que supondrían 4.500 millones de euros, teniendo en cuenta los actuales tipos de cambio.