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Gallardón justifica los millones derrochados en Cibeles como "inversión cultural"

Alberto Ruiz Gallardón ha justificado los más de 500 millones que ha gastado en la nueva sede de la alcaldía de Madrid como una "inversión cultural". Tras el formidable derroche, el alcalde se parapeta ahora en un supuesto uso cultural al que se dedicará parte del edificio.

El alcalde de Madrid ha elegido la cultura y el turismo como las pantallas con las que se va a excusar del descomunal derroche que ha supuesto el traslado de la sede principal del Ayuntamiento de la capital desde su vieja y hermosa sede en la Plaza de la Villa al mucho más impresionante edificio del Palacio de Telecomunicaciones de Cibeles.

El capricho de Gallardón ha costado a los ciudadanos de Madrid más 500 millones de euros, concretamente la oposición municipal denuncia que ya se habrían gastado unos 536 millones.

Pero para el alcalde no estamos ante un gasto o un derroche sino, atención, ante una inversión, y además una inversión rentable. Así lo ha justificado este jueves a pregunta de la periodista de esRadio Adriana Rey, equiparando la sede de la alcaldía con grandes centros culturales ya funcionando en Madrid: "Creo que la inversión en Conde Duque, Matadero, en nuestros tres grandes contendores culturales, tiene un retorno económico muy importante".

Sin embargo, definir al Ayuntamiento como un "gran contenedor cultural" es, como mínimo, arriesgado. En teoría, tal y como cuenta un laudatorio reportaje de El País, se dedicarán 18.000 metros cuadrados a "actividades culturales abiertas al público", pero entre ellos se cuentan los de la Galería de Cristal que en realidad está destinada primordialmente a eventos institucionales y de empresas.

Entre los restantes "equipamientos culturales": una cafetería con wifi gratuito, mostradores de atención al turista, un restaurante o una terraza-mirador. Además, eso sí, varios espacios en los que se podrán celebrar exposiciones, pero sólo uno de ellos preparado para acoger obras de arte como cuadros antiguos, que necesitan especiales condiciones de conservación.

En cualquier caso, parece ridículo que en una ciudad que cuenta con museos como el Prado, el Thyssen o el Reina Sofía se adjudique al Conde Duque, al Matadero y, desde luego, al Ayuntamiento, la capacidad de ejercer como polos de atracción turística.

Y no sólo eso. Antes de inaugurar su palacio (las obras acabarán en marzo del año que viene) Gallardón ya presume de las exitosas cifras turísticas: "hemos tenido 7 millones de pernoctaciones y catorce millones de visitantes, nunca en la historia habíamos tenido tantas". El dato es cierto y es bueno, pero ¿es mérito de Gallardón, el Conde Duque y el Matadero?

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