Le habrán dicho que se esperen un poco, que aún no les ha llegado el turno de declararse en quiebra.

Pero vamos, cuando el rio suena ...

Portugal, gobierna la izquierda; Hungría, gobierna la izquierda; Inglaterra, gobernó, y desangró, la izquierda; Grecia, gobierna la izquierda; ESpaña, se pavonea la izquierda...
No dejen de votarles de nuevo: son un seguro de pobreza, trapacería, mediocridad, cretinismo...

Fue D. Wenceslao Fernández Flórez el que dijo "los experimentos con gaseosa". Me parece muy irresponsable lo que se está haciendo, si es que no es teledirigido.

Se anuncian grandes catástrofes económicas - ¿a modo de globo sonda?- y luego no hay nada, o mucho menos de lo anunciado/esperado. Pero el perjuicio en los mercados ya está hecho y muchas veces con daños irreversibles.

La consecuencia es que cada vez el contribuyente se convence más de que estamos gobernados por un hatajo de irresponsables inútiles.

Que si, que no, que caiga un chaparrón con azúcar y turrón. A río revuelto, ganancia de pescadores.

Después dicen que los malos son los especuladores, cuando hay una cuadrilla de hijos de la grandísima (Censurado) que se dedican a hablar más de la cuenta y a destiempo, haciendo que las valoraciones de los activos financieros se disparen o se hundan a cada minuto, mareadas por los flujos de información errónea que estos ineptos, cuando no ladrones disfrazados ineptos, se dedican a esparcir por doquier.

Que coincidencia; vienen a desdecirse precisamente un sábado, cuando el viernes el temporal se suspende provisionalmente hasta el lunes. Dos días completos para madurar la reacción del lunes a primerísima hora, para que la nueva información la conozca ya todo el mundo.

Unos cuantos "amigos" venderán para embolsarse un pastón, aprovechándose de la información privilegiada que habrán utilizado el viernes, antes del cierre del mercado, comprando en pleno desplome de los precios.

Táctica vieja como el mundo y vil donde las haya, es el modo más sencillo por el que un político influyente puede hacerse rico discretamente, a través de sus testaferros. Con un sólo fin de semana entre sus declaraciones contrapuestas, a la apertura del mercado puede embolsarse una cantidad obscena de dinero.

¿Será este el caso? Pues no lo se, pero huele a la legua. Dicen que no es sensato atribuir a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez. Pero estamos hablando de políticos, naturales discípulos de Nicolas Maquiavelo. Entre ellos, la norma es más la malicia que la estupidez.