Un analista de un banco de inversión me decía hace unos meses que la única forma de lograr que los inversores vuelvan a confiar en España es que el presidente Zapatero no abra la boca, ni en privado ni en público, ya que siempre que hace declaraciones sobre la situación económica acerca un poco más al país hacia el abismo.
La última vez fue el pasado fin de semana, cuando el inquilino de La Moncloa dijo que España está "en la última curva del rally de la crisis":
"La lucha contra esta crisis se asemeja a una sinuosa y estrecha carretera de montaña: apenas hemos dejado atrás la ultima curva, conjurando el riesgo de derrapar, nos encontramos con el peligro de la curva siguiente", manifestó durante el acto de entrega del Premio Nueva Economía Fórum al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
Nada más lejos de la realidad: cada día que pasa el coste de los intereses de la deuda se incrementa, lo que refleja el aumento de la desconfianza de los inversores en la solvencia de nuestra economía.
El diario El Economista lo ilustra hoy en su portada, con una viñeta en la que aparece Zapatero, en bicicleta, subiendo unas montañas con un gran cartel publicitario al lado de la carretera que le recuerda la realidad: el bono español a 10 años está ya en el 5,5%, lo que supone rozar máximos y encarece la financiación del Estado -y por extensión- de las empresas españolas. Una mala noticia, ya que hoy el Tesoro quiere colocar 3.000 millones de euros vendiendo letras y "se expone a pagar un 30% más" que en la anterior emisión.
Y todo ello antes de la Cumbre que celebrarán los jefes de Estado de la UE el jueves y el viernes, un encuentro en el que a Zapatero se le volverá a exigir una política económica clara y contundente para contener el déficit público. Se rumorea incluso que podría anunciar nuevas medidas esta semana para calmar a los mercados.
La canciller alemana, Angela Merkel, sigue firme en su posición: si se rescata a España los bancos y cajas pagarán parte de la factura renunciando a cobrar una parte del dinero que tienen invertido en deuda pública nacional. Si esto se produce, abróchense lo cinturones.
El Economista asegura que "Merkel fuerza que el fondo de rescate siga intacto hasta marzo", según el borrador de conclusiones de la Cumbre a la que ha tenido acceso el diario. Además, el Banco Central Europeo pedirá más capital a los países de la UE para la compra de deuda porque teme perder dinero con la depreciación de los bonos. Ni siquiera la autoridad monetaria se fía de la capacidad de los gobernantes griegos, irlandeses, portugueses, españoles e italianos para devolver el dinero que deben sus Estados y sistemas financieros.
Expansión dedica su portada al nuevo enfrentamiento verbal entre el Banco de España y las agencias de calificación, que tampoco se fían un pelo de la veracidad de las cuentas de los bancos y cajas de ahorros. El diario señala que el organismo supervisor y Moody´s "discrepan sobre la banca": la agencia cree que las entidades necesitan 17.000 millones extra del fondo de rescate bancario (FROB) y el gobernador Fernández Ordóñez niega la mayor; de la misma forma que negó la existencia de la crisis hasta que el PSOE ganó las elecciones en 2008.
Cinco Días destaca a este respecto que "Ordóñez asegura que hay fondos 'de sobra' para la banca", aunque prefiere apostar por otro tema en portada: "Blanco baraja dividir en cuatro el supercontrato del AVE a Galicia": las constructoras creen que una concesión única de 6.000 millones es excesiva.