LD (EFE) Tras la subida del 28,17 por ciento lograda en 2003, este segundo año de ganancias ha devuelto al Ibex-35, el principal indicador del mercado continuo, a los 9.000 puntos, una cota que había perdido en el verano de 2001, cuando los inversores purgaban los excesos de la burbuja tecnológica.
Ese camino, que se ha saldado con ocho de los doce meses al alza, no ha sido fácil para la renta variable española, que ha tenido que sortear las incertidumbres sobre la recuperación de la economía mundial, amenazada sobre todo por un barril de crudo que llegó a rebasar los 51 dólares.
En el terreno europeo también se han presentado innumerables obstáculos, aunque el principal ha sido el euro, que, al llegar a intercambiarse por más de 1,36 dólares, ha embarrado las posibilidades de crecimiento de la Eurozona, donde el 40 por ciento del PIB depende de las exportaciones.
Frente a este incierto contexto macroeconómico, han pesado más en la bolsa los resultados de las empresas españolas, que han batido, en muchos casos, récord históricos (véase los del Santander o el BBVA). Así, el mercado español ha conseguido duplicar las ganancias de Fráncfort, Londres o París, e incluso quintuplicar las del Dow Jones, principal índice de Wall Street.
Los inversores se acostumbraron al elevado precio del petróleo al ver que no paralizaba la buena dinámica de crecimiento económico mundial y, además, vieron los beneficios que puede sacarse de una moneda fuerte, como importaciones y crudo más baratos. En el terreno empresarial, 2004 estuvo jalonado por las salidas a bolsa, que fueron tres: Fadesa, el primer estreno, ha ganado desde su debut un 14,92 por ciento; en tanto que Telecinco se ha revalorizado el 47,08 por ciento y Cintra ha perdido casi el 2 por ciento.
Las mejores compañías del selectivo Ibex-35 en 2004 fueron TPI y Altadis, que se revalorizaron un 56,78 y un 49,78 por ciento, respectivamente, seguidas de Amadeus, con unas subidas del 46,99 por ciento. También terminaron con alzas superiores al 40 por ciento Enagás y Ferrovial, que avanzaron un 41,86 y un 41,54 por ciento, respectivamente.
Ese camino, que se ha saldado con ocho de los doce meses al alza, no ha sido fácil para la renta variable española, que ha tenido que sortear las incertidumbres sobre la recuperación de la economía mundial, amenazada sobre todo por un barril de crudo que llegó a rebasar los 51 dólares.
En el terreno europeo también se han presentado innumerables obstáculos, aunque el principal ha sido el euro, que, al llegar a intercambiarse por más de 1,36 dólares, ha embarrado las posibilidades de crecimiento de la Eurozona, donde el 40 por ciento del PIB depende de las exportaciones.
Frente a este incierto contexto macroeconómico, han pesado más en la bolsa los resultados de las empresas españolas, que han batido, en muchos casos, récord históricos (véase los del Santander o el BBVA). Así, el mercado español ha conseguido duplicar las ganancias de Fráncfort, Londres o París, e incluso quintuplicar las del Dow Jones, principal índice de Wall Street.
Los inversores se acostumbraron al elevado precio del petróleo al ver que no paralizaba la buena dinámica de crecimiento económico mundial y, además, vieron los beneficios que puede sacarse de una moneda fuerte, como importaciones y crudo más baratos. En el terreno empresarial, 2004 estuvo jalonado por las salidas a bolsa, que fueron tres: Fadesa, el primer estreno, ha ganado desde su debut un 14,92 por ciento; en tanto que Telecinco se ha revalorizado el 47,08 por ciento y Cintra ha perdido casi el 2 por ciento.
Las mejores compañías del selectivo Ibex-35 en 2004 fueron TPI y Altadis, que se revalorizaron un 56,78 y un 49,78 por ciento, respectivamente, seguidas de Amadeus, con unas subidas del 46,99 por ciento. También terminaron con alzas superiores al 40 por ciento Enagás y Ferrovial, que avanzaron un 41,86 y un 41,54 por ciento, respectivamente.
El Ibex-35 partirá el próximo 3 de enero de 2005 desde los 9.080 puntos a los que terminó hoy, tras haber cedido 19,90 puntos, el equivalente al 0,22 por ciento.