(Libertad Digital) El empeño del presidente del Gobierno y sus ministros por ofrecer una imagen brillante de la economía nacional no ha surtido efecto en la imagen que se han formado los españoles de las cuentas nacionales. Las expectativas de futuro así como el nivel de confianza se han precipitado en el último año de una manera notable.
En octubre, la percepción del momento económico actual sufría una caída de 3,7 puntos respecto al mes anterior. El indicador del empeoramiento de las expectativas, por su parte, se dejaba 4,3 puntos en sólo un mes, cifra que aumentaba respecto al año anterior nada menos que 14,3 puntos.
A pesar de que la confianza de los consumidores ya se encontraba en mínimos históricos, ha continuado cayendo durante el mes de octubre. El desplome, se produce, en opinión del presidente del ICO, Aurelio Martínez, porque los consultados recelan, sobre todo, de la situación económica del País. Una visión en la que han influido, según el Instituto Oficial de Crédito, las noticias sobre las turbulencias financieras así como por el alza de los precios y por las continuas noticias negativas sobre la evolución de los indicadores.
Para los encuestados, la evolución reciente de la economía española y de la economía familiar es el indicador peor valorado -ambos descienden en un mes 4,8 puntos-. Según el ICO, el repunte espectacular de los precios del crudo y el recorte de la previsión de crecimiento del FMI influyeron negativamente en la percepción de los españoles sobre nuestra economía en el momento de la consulta.
Otro indicador que descendió fue la imagen que los consumidores tienen de la evolución del empleo, una imagen que descendió un 1,5 puntos. Pero sin duda, el las expectativas a futuro y la confianza de las familias en la evolución de la economía española fueron los dos indicadores que sufrieron mayores descensos, en total 4,3 y 8,2 puntos respectivamente.
De los consultados, los de mayor edad presentaban un pesimismo más pronunciado sobre la evolución económica del país aunque con pocas diferencias con los más jóvenes. En cambio, la percepción de los habitantes de poblaciones de menos de 10.000 habitantes y de más de 500.000 es menos pesimista que la del resto.