LD (Lorenzo Ramírez) Según datos del Banco de España recogidos por LD, la actividad de tasación de suelo urbano ha perdido vigor. El hundimiento de las ventas de viviendas ha generado este fenómeno que lastra la capacidad financiera de las inmobiliarias y que les obliga a poner solares masivamente en el mercado, lo que anticipa bajadas de precios en los próximos meses.
Recientemente, el Gobierno aprobó una reforma de la Ley del Suelo que modificó los sistemas de valoración de los inmuebles, además de invadir competencias autonómicas. La iniciativa, liderada por la entonces ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, agravó los problemas de un sector que estaba a punto de iniciar la caída, como consecuencia del fin del entorno de bajos tipos de interés que aceleró la explosión de la burbuja.
Además, la gestión que han realizado muchos ayuntamientos de sus terrenos, empleándolos en muchas ocasiones como una fuente de financiación, ha promovido las corruptelas y la adjudicación discrecional de licencias sin tener ni siquiera garantizados los accesos a las viviendas de luz o agua.
Todo ello ha introducido un componente intervencionista (reformas legislativas, tipos de interés y corrupción municipal) que ha introducido ineficiencias en un mercado que ya a cierre de 2007 (últimos datos disponibles del Banco de España) daba síntomas de agotamiento.
En concreto, el volumen de tasaciones de suelos urbanos cayó un 17 por ciento al cierre de 2007, mientras que el importe de las operaciones re redujo un 5 por ciento y la superficie valorada disminuyó un 5 por ciento. Sin embargo, la reducción de las operaciones eleva timidamente el valor del metro cuadrado, que creció un 3,7 por ciento según los últimos datos disponibles del organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
En cuanto a los inmuebles, las viviendas individuales, en bloque y unifamiliares tasadas en 2007 fueron 1.161.900, lo que representa una caída del 16 por ciento; mientras que la valoración total arrojó un saldo de 306,3 millones de euros, con un retroceso del 11,4 por ciento.
La menor actividad afectó más a los pisos, cuyas tasaciones se redujeron un 20 por ciento y un 14 en importe. Las valoraciones de chalets cayeron también, pero con menor intensidad (el 12,5 por ciento en volumen y el 6 por ciento en precio).
Sin embargo, las tasaciones no inmobiliarias siguen creciendo. El mercado de las oficinas y el relativo al sector terciario (hospitales, centros educativos y guarderías, entre otros edificios) salva parcialmente al sector tasador.
Así, las valoraciones de oficinas crecieron un 1,9 por ciento con un encarecimiento del 18,9 por ciento, como consecuencia del aumento del 24,5 por ciento en el importe del metro cuadrado y la reducción de la superficie media en un 6 por ciento. En los locales comerciales la evolución fue similar, aunque con crecimientos más moderados.
En cuanto a las empresas tasadoras, “la concentración del sector es elevada y ligeramente creciente, ya que las cinco mayores representan más de la mitad de la actividad del sector”, explican fuentes del Banco de España. Este quinteto corporativo maneja el 50,3 por ciento de las valoraciones y el 55,4 por ciento del importe. Los ingresos de las tasadoras cayeron un 8 por ciento, hasta 552 millones de euros; con un resultado neto conjunto de 53 millones, un 11,3 por ciento menos que el año anterior.
Cataluña lidera las caídas
La distribución de las tasaciones de bienes inmuebles por comunidades autónomas, pone de manifiesto que el peso de la actividad en las cuatro regiones más pobladas (Andalucía, Cataluña, Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana, que suponen el 58 por ciento de la población) representan conjuntamente casi dos tercios de la actividad de tasación de bienes inmuebles.
En todas las autonomías se realizaron menos tasaciones que en 2006, llamando la atención el fuerte retroceso, del 25 por ciento, de las realizadas en Cataluña, casi 10 puntos porcentuales por encima de la media. Por su parte, diez regiones se situaron en el entorno de la reducción media en el número (15 por ciento) y las cinco restantes (Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia y País Vasco) también cayeron, pero por debajo del 8 por ciento.
Las comunidades que perdieron menos tasaciones ampliaron su peso, en general, en los precios valorados, con la excepción del País Vasco, que redujo el 5 por ciento del importe. Hay que destacar los casos de Madrid y Murcia, regiones en las que, a pesar de la caída en el número de operaciones, los precios crecieron.