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La dependencia energética eleva el déficit hasta el 4,7% del PIB

El Banco de España asegura que el aumento del déficit comercial registrado en el primer trimestre se debió "exclusivamente" al saldo energético negativo de la balanza que indica la relación entre las compras y ventas al exterior, que equivalió en este periodo al 4,7% del PIB, frente al 3,2% en el conjunto de 2007, según el boletín económico de la entidad.

El Banco de España asegura que el aumento del déficit comercial registrado en el primer trimestre se debió "exclusivamente" al saldo energético negativo de la balanza que indica la relación entre las compras y ventas al exterior, que equivalió en este periodo al 4,7% del PIB, frente al 3,2% en el conjunto de 2007, según el boletín económico de la entidad.
(Libertad Digital) El organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez explica que "entre enero y marzo de 2008, el incremento del déficit comercial ha sido el resultado exclusivamente del saldo energético, que ha compensado la disminución del déficit comercial del resto de productos", advierte la institución.
 
El Banco de España constata que el petróleo acumula un encarecimiento del 70% interanual y que "la economía española presenta una elevada exposición a la evolución de los precios del crudo".
 
Durante 2007, el 34% del déficit comercial español se debió precisamente a esta dependencia energética, cuya incidencia sobre el PIB no ha dejado de aumentar desde el mínimo histórico de 1998, en el que equivalió al 1% de la riqueza del país. En aquel momento, el crudo se encontraba en un "periodo de precios muy bajos", advierte el organismo.
 
En el primer trimestre de 2008 la subida de los precios energéticos contrarrestó el abaratamiento de otros productos. Mientras los primeros registraron un incremento interanual del 26%, el resto de los bienes importados se abarató de media un 2,6%.
 
El crudo abastece una tercera parte de las necesidades
 
En todo caso, el Banco de España destaca que la dependencia actual del petróleo, que abastece una tercera parte de las necesidades energéticas primarias, es mucho menor a la de los años setenta, cuando este producto era responsable del 75% del consumo.
 
Además, constata que la economía española es precisamente más dinámica en los sectores de baja intensidad energética, como la construcción y los servicios, lo que contribuye a reducir la dependencia del país.
 
Por otro lado, pronostica que el déficit energético seguirá siendo un lastre para la balanza comercial del país, pero detecta algunos aspectos que podrían "moderar el impacto negativo" sobre el saldo final.
 
Entre ellos, figura el descenso de las importaciones y del consumo de energía asociado a la "desaceleración" actual de la demanda, así como la posibilidad de que España recupere parte de la renta mediante el aumento de las exportaciones a los países productores de petróleo, cuyas economías muestran un gran dinamismo debido a los elevados ingresos que reciben por este producto.

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