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La deuda española cotiza a día de hoy rozando el bono basura

Este jueves ha sido un mal día para el Tesoro público. Por la mañana, Bill Gross aseguró que los mercados consideran la deuda española casi como a los "bonos basura". Luego al Estado le costó un 25% más que en marzo colocar bonos a 5 años Y el diferencial con la deuda alemana se elevó a 163 puntos.

La deuda española cotiza en niveles cercanos al bono basura. No es una interpretación periodística, son palabras de Bill Gross director de PIMCO, la firma que negocia más deuda del mundo. Y los datos del día parecen respaldarle: este jueves, el Tesoro ha tenido que pagar hasta un 0,738% más para colocar 2.345 millones en bonos a 5 años. Y el diferencial con la deuda alemana en los mercados se ha disparado y llegó a los 163 puntos básicos al término de la sesión, el máximo en los últimos catorce años.

Bill Gross, uno de los mayores expertos del mundo en la materia, ha cargado contra las agencias de calificación en su carta mensual. Pero no, como Rodríguez Zapatero, por cuestionar la solvencia de España o extender el catastrofismo. Gross ha criticado a Moody’s, Fitch y Standard&Poor’s por inflar las notas que dan a la deuda soberana de los países. Y ha puesto como ejemplo a España: "Actualmente cotiza en niveles de Baa".

Según la clasificación de Moody’s, este nivel de Baa está justo por encima del que corresponde (Ba) a los denominados “bonos basura” (junk bond en inglés). Es decir, que a pesar de las notas que mantienen las agencias de calificación, los mercados consideran, en el día a día, la deuda emitida por el Tesoro Público como muy poco más solvente que los "bonos basura".

El problema para el Tesoro español es que las palabras de Gross han llegado en un día de muy malas noticias en los mercados, por lo que será difícil despreciarlas como la mera opinión de un “especulador”. Este mismo jueves, el Gobierno tenía pensado lanzar una emisión de deuda de hasta 3.000 millones de euros. Al final ha logrado colocar 2.345 millones a cinco años al 3,580%, un 0,738% más que hace dos meses. Es decir, que al Estado español le cuesta un 25% más que en marzo financiarse.

Además, la emisión no ha podido llegar al máximo buscado (3.000 millones), aunque ha habido peticiones por 5.522 millones. La razón hay que buscarla en que los inversores pedían una rentabilidad (interés) que el Gobierno no estaba dispuesto a pagar.

El diferencial, en máximos

Pero las malas noticias no acabaron ahí. El diferencial entre la deuda pública española y la alemana se disparaba este jueves de nuevo en los mercados. Si el miércoles cerraba con 132 puntos básicos de margen respecto al bund, en una sola jornada se desplomaba y llegaba a cotizar en determinados momentos por encima de los 170 puntos.

Al cierre de la sesión, el bono español a diez años pagaba al 4,410%, mientras el alemán lo hacía al 2,778% (163 puntos básicos de diferencia). Este margen es el mayor desde 1996, cuando aún faltaba un año para que llegase la moneda única. En la misma línea se movieron los CDS (seguros contra impago) ligados a la deuda española, que marcaron un máximo de 255.629 dólares. Esto significa que es necesario pagar esa cantidad para asegurar la compra de diez millones de bonos hispanos.

El diferencial con el bono alemán es especialmente significativo por tratarse de dos países con una misma moneda. Si Alemania y España pagasen sus obligaciones, los que hayan comprado deuda hispana obtendrán más rentabilidad. Sin embargo, los mercados consideran que el riesgo de impago por parte del Gobierno de España es alto y no merece la pena correrlo si no se paga una prima de riesgo alta.

La carta de Bill Gross

Todos estos movimientos en los mercados coincidían en el tiempo con la publicación de la carta mensual de Bill Gross, el director ejecutivo de PIMCO, la firma que negocia más deuda del mundo.

Mientras Zapatero y su Gobierno están pidiendo que se castigue a estas agencias por rebajar más de lo debido la nota de la deuda española; Bill Gross cree que el problema es justo el contrario, es decir, que estas agencias están siendo muy benévolas con los bonos de algunos estados europeos.

Este alto ejecutivo, que desarrolla su actividad diaria en las altas esferas de la compañía que más deuda soberana negocia en el mundo, critica a agencias como Standard & Poor's, Moody´s y Fitch Rating, por "flojas". Es decir, porque inflan mucho sus resultados y ocultan una situación mucho más negativa de los países y empresas que califican.

Curiosamente, uno de los ejemplos que emplea para poner en evidencia la falta de rigurosidad de dichas agencias y su complacencia con la solvencia de determinados países, es España. Según Gross, España es un país "con un 20% de desempleo, una cuenta corriente que pronto arrojará un déficit del 10%, que ha incumplido trece veces en los pasados dos siglos y que actualmente cotiza en niveles de Baa (el escalón justo anterior al bono basura)".

Además, señala que su futuro "depende de la generosidad del FMI y de la UE si acuden a su rescate". Es decir, nada más lejos de la triple A que reclama el Ejecutivo de Zapatero.

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