La huelga de sábados productivos -prevista también para los próximos 30 de enero y 6 de febrero, según fuentes sindicales- se convocó tras una reunión entre la dirección y el comité de empresa en el que los representantes de los trabajadores reclamaron la retirada del ERE de suspensión de 30 días.
La huelga ha tenido un seguimiento del 100%, según fuentes sindicales, y ha impedido sacar adelante la producción prevista, lo que supondría, según ellos, que la totalidad de los más de 2.000 empleados que debían acudir a trabajar a la planta ha secundado la primera de las tres jornadas de huelga convocadas por los sindicatos, después de que la multinacional los obligara a trabajar los sábados para hacer frente a un pico de producción.
Además, entre 700 y 800 trabajadores de la planta automovilística se han concentrado desde las 4,00 de esta madrugada a las puertas de la fábrica, en la Zona Franca de Barcelona, para escenificar su protesta contra la política laboral de Nissan.
Un portavoz de la multinacional ha explicado que la jornada de huelga ha tenido "un gran seguimiento", aunque sin especificar el número de empleados que la ha secundado, y ha impedido producir a la planta de Zona Franca los más de 200 automóviles previstos.
Para la dirección de Nissan, la huelga convocada en contra de los sábados productivos es "ilógica y supone una mala respuesta por parte de la planta hacia la multinacional", con la que los empleados han demostrado "poca flexibilidad", según este portavoz. Fuentes de la empresa indicaron que no entienden "el porqué de la huelga", ya que se trata de un aumento puntual de trabajo y la previsión es que en abril descienda de nuevo.
El portavoz de Nissan ha recordado que los sábados productivos se han fijado para hacer frente a un aumento de pedidos, por el lanzamiento de los modelos de turismos Pathfinder y Navara y la furgoneta NV-200, y que en el sector automovilístico la flexibilidad es "clave" para adaptarse en todo de momento a la demanda.
Asimismo, ha insistido en que la dirección cumplirá con sus compromisos con los trabajadores afectados por el ERE y garantizará la reincorporación de los que están acogidos a medidas de retorno en marzo de 2012, cuando haya trabajo continuado en la planta, pero no ahora, porque, a su juicio, sería absurdo contratarlos para despedirlos un mes después.
Por su parte, los sindicatos convocantes han expresado su satisfacción por el amplio seguimiento de la huelga y han insistido en exigir a la dirección que adopte otras medidas para hacer frente a los picos de producción, antes de ampliar la jornada laboral de los empleados. Concretamente, exigen la retirada del ERE en suspensión de 30 días, así como el retorno inmediato de los trabajadores despedidos que están acogidos a medidas de retorno.
El incremento de trabajo en la planta catalana, que requirió el traslado de 38 trabajadores de Ávila, según los sindicatos no es puntual, como sostiene la empresa. "No estamos en contra de los compañeros de Ávila, pero sí de la cortina de humo de la compañía para eludir su responsabilidad de contratar a trabajadores" despedidos, dijo el representante de la sección sindical de UGT-Nissan, Andrés Mateos.
El comité de empresa ya ha anunciado que la huelga se repetirá el próximo sábado si no hay un cambio de postura por parte de la dirección de la multinacional en Barcelona.