Si ayer el portavoz del PSOE en el Parlamento andaluz y mano izquierda de Griñán en la Cámara se despachaba a gusto llamando "fascistas" a los funcionarios y laborales discrepantes con el Decretazo de Griñán sobre la función pública y el sector público, dos cosas bien distintas; hoy, Luis Pizarro, consejero de Gobernación de la Junta de Andalucía ha rematado la faena asegurando que el hecho de que algunos de representantes de funcionarios hayan planteado el boicot a actos del PSOE y de la Junta en Andalucía, se parece bastante al "fascismo" y que es lo que hace precisamente Herri Batasuna ante los actos electorales de los socialistas en el País Vasco.
Luis Pizarro ha expresado su coincidencia con las manifestaciones del portavoz del PSOE-A en el Parlamento, Mario Jiménez, quien ha calificado de "fascistas" a esos representantes de funcionarios que plantean el boicot a actos de los socialistas por su desacuerdo con el decreto de reordenación del sector público. Recuérdese que Pizarro, un especialista en el improperio y la descalificación, fue el que aludió a los matones de discoteca para explicar el comportamiento de Javier Arenas, insulto por ahora impune tras una sentencia judicial difícil de olvidar.
Para Pizarro, todo el mundo tiene derecho y legitimidad a manifestarse o mostrar posiciones contrarias, pero plantear el boicot a actos socialistas que se enmarcan en el normal funcionamiento de la democracia ante la celebración de unas elecciones refleja "actitudes fascistas". Pizarro no debe recordar qué fue lo que hizo su partido tras el atentado del 11-M desde sitiar las sedes del PP, llamando asesinos a sus militantes e incluso, interrumpiendo el día de reflexión vía el hoy vicepresidente Rubalcaba.
No podía faltar en el guiso del patriarca del Clan de Alcalá la figura de Javier Arenas, su diana preferida. En este sentido, Pizarro ha puesto de manifiesto que el presidente del PP-A, Javier Arenas, está intentando "sacar rédito electoral" de la situación que se ha generado, y existe "coincidencia" entre la Plataforma de empleados públicos que plantea el boicot a los actos socialistas y las manifestaciones de algunos dirigentes del PP-A.
Ha dicho además que la Junta ha dado una respuesta positiva a aquellos sindicatos que habían pedido diálogo y negociación sobre el decreto de reordenación del sector público, toda vez que se está tramitando como proyecto de ley en el Parlamento y los agentes sociales han tenido la oportunidad de comparecer en comisión para exponer sus opiniones. Tampoco parece recordar Luis Pizarro que Griñán ha gobernado por decreto, no por diálogo, y que el decreto llamado decretazo, en su segunda versión, sigue vigente sin que haya sido retirado por la Junta.