(Libertad Digital) El precio de la onza de oro podría alcanzar, no sólo los 1.000 dólares, sino que incluso podría llegar a superar los 5.000 dólares en los próximos años debido a la influencia que ejerce sobre los inversores la presencia de una inflación elevada. “La gente está desesperada por una fuente fiable que retenga el valor”, según Christopher Wyke, gerente de mercados emergentes y de materias primas de Schroders en Londres.
Los inversores se están refugiando en el valor del oro para protegerse de las tasas de inflación (superiores al 10 por ciento) que se ciernen sobre casi dos tercios de la población mundial, según Wyke. Y es que, muy pocos productos de inversión logran rentabilidad (como la renta fija) ante la carrera de precios que está provocando la depreciación de las monedas. Es decir, la reducción del poder adquisitivo.
Los fondos de inversión convencionales están obteniendo últimamente rendimientos negativos. Además, la producción mundial de oro se ha hundido al nivel más bajo desde 1937, y se encuentran pocos yacimientos de oro nuevos, informa Bloomberg.
Los bancos centrales demandan oro
La actual situación provocará incluso que los bancos centrales se conviertan en demandantes netos de esta materia prima por primera vez en casi 20 años, según ha afirmado Wyke recientemente en una conferencia celebrada en Hong Kong. Pese a ello, el Banco de España se ha desprendido recientemente de parte de sus reservas.
La disponibilidad limitada de oro respecto al tamaño del mercado mundial de capitales (5 billones frente a 135 billones de dólares) provoca que un pequeño cambio en la dirección de las inversiones pueda dar lugar a importantes variaciones en el precio del metal amarillo, advierte el analista.
El precio de la onza de oro al contado ha bajado un 2,92 por ciento, cerrando en el mercado de Londres a 881 dólares, frente a los 907,5 dólares de la jornada anterior.