LD (Europa Press) Navarro destacó la capacidad que tienen las administraciones públicas, a través del sistema fiscal que imponen, de condicionar la competitividad de las empresas. En este sentido, apuntó que el tema "clave" en el caso español está en las cuotas de Seguridad Social que suponen un coste para los empresarios que los de otros estados no están obligados a pagar.
Así lo explicó el presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio de España en una conferencia que tuvo lugar hoy en Mérida, organizada por la Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX) y las Cámaras de Comercio de Cáceres y Badajoz.
Navarro indicó que en el ámbito de la globalización actual, la competitividad es "fundamental y necesaria" para la internacionalización y el mantenimiento de la empresa. Competitividad, aclaró, "significa tener capacidad de vender productos en un mercado abierto de forma rentable para la empresa".
Señaló que hay una parte de esa capacidad para competir que es responsabilidad "estricta" del empresario, como la gestión de los costes y la tecnología, pero las administraciones públicas tienen un papel "muy importante" en esta cuestión dado que "casi el 50%" de la competitividad de las empresas está condicionada por las políticas gubernamentales de las diferentes instituciones administrativas.
Navarro añadió que el libre mercado necesita un Estado "reducido pero fuerte" y que, aunque hoy nadie discute que hay que pagar impuestos, el problema incide en "qué impuestos hay que pagar, cómo y qué sistema utilizar".
Mayor competitividad
A su juicio, la clave de la competitividad no está en el Impuesto de Sociedades ni en el IRPF, sino en las cuotas de Seguridad Social. Por ello, abogó por plantear "con rigor, con seriedad y sin demagogia" cómo se quiere que se financie el sistema de protección social español.
Explicó que mientras en España este sistema se financia al 100% con cuotas de Seguridad Social, en otros países este sistema se financia con el IVA, es decir, lo pagan los productos que se consumen en el país.
La diferencia es que en el Estado español sólo contribuyen a la Seguridad Social el empresariado nacional, de forma que los productores de otros países que comercializan en el mismo territorio y que no tienen este sistema de protección social en su país de origen tienen diferencias "muy grandes" en los precios y ganan en competitividad a las empresas españolas.
Para Navarro, este es un debate que se puso sobre la mesa hace muchos años y ha vuelto a abordarse porque, ante la pérdida progresiva de la competitividad de los países europeos desarrollados frente a la de los países emergentes, el Gobierno de Alemania decidió hace dos años empezar a cambiar la financiación del sistema, rebajando las cuotas de Seguridad Social y subiendo el IVA.
Asimismo, recordó que el programa económico del Gobierno francés para este año incluye también un comienzo de rebajas las cuotas a la Seguridad Social y un aumento del IVA.
En España, explicó, esto "no es fácil de hacer" porque en una situación como la actual, con problemas de inflación, subir el IVA es un "riesgo". "Probablemente no se pueda hacer este año, pero es un tema que se puede enfocar para los próximos cuatro años", agregó.
Finalmente, defendió que hay que empezar a debatir sobre esta cuestión para que las empresas españolas puedan competir con las de los países emergentes. "No es un problema sólo de lo que cueste el salario de un trabajador, sino de los impuestos que llevan añadidos su sistema de protección social", declaró.