LD (EFE) Los representantes de los 151 miembros de la OMC se reunieron este lunes por primera vez tras la pausa estival y aceptaron la propuesta de Falconer de dedicar las próximas tres semanas a debatir el borrador del área agrícola, con el objetivo de conseguir avances concretos. "Estamos buscando propuestas específicas, no necesitamos saber las posiciones políticas de cada uno porque todos las sabemos, y parece que todo el mundo lo ha comprendido, porque este lunes no ha habido discursos", expresó el embajador.
De hecho, estaba previsto que la reunión plenaria continuase mañana pero, a petición de Brasil y con el consenso de todos, el encuentro se ha suspendido. El objetivo es usar la jornada del martes para reunirse en grupos más reducidos y con intereses comunes para ir consensuando posiciones. Según comentó Falconer, la idea es dejar que haya encuentros bilaterales y multilaterales y no volver al plenario hasta el viernes de la próxima semana.
Los países miembros aceptaron empezar por discutir el acceso al mercado de las naciones desarrolladas y concretar tarifas y montos específicos. Asimismo, habrá que definir qué productos son sensibles para cada nación y por tanto queda excluida su importación, o si es viable la propuesta brasileña de que haya un porcentaje -que rondaría el 5 por ciento- de esa misma mercancía que sí pueda entrar en un mercado protegido.
Una vez resuelta esta etapa, las conversaciones se centrarán en el acceso al mercado de las naciones en desarrollo y, finalmente, consensuar el difícil aspecto de los subsidios, tanto internos como externos. La idea es que durante las próximas tres semanas las delegaciones se reúnan en diferentes grupos, logren avances y, tras una pausa, continúen negociando para poder obtener un acuerdo más o menos concreto hacia mediados de octubre.
"Si en seis semanas no hay avances, entonces sí que realmente podremos decir que la negociación está en problemas, pero esperemos que eso no suceda", confesó Falconer. Los miembros de la OMC acordaron tratar primero el área agrícola para, posteriormente, avanzar en el sector industrial, una propuesta del G-20, grupo formado por 20 naciones en vías de desarrollo lideradas por Brasil, China e India.
Los países industrializados aceptaron la propuesta, pero según dijeron este lunes fuentes que asistieron a la reunión, algunas naciones en desarrollo hicieron hincapié en que no hay que olvidar el área industrial y la necesidad de que los menos desarrollados también tienen que hacer concesiones. La Ronda de Doha se inició en el 2001 con el objetivo de liberalizar el comercio internacional para beneficiar a los países menos industrializados, por lo que se la conoce como Ronda del Desarrollo. No obstante, seis años después, el consenso no se ha logrado y el proceso ha estado a punto de fracasar en más de una ocasión.
De hecho, estaba previsto que la reunión plenaria continuase mañana pero, a petición de Brasil y con el consenso de todos, el encuentro se ha suspendido. El objetivo es usar la jornada del martes para reunirse en grupos más reducidos y con intereses comunes para ir consensuando posiciones. Según comentó Falconer, la idea es dejar que haya encuentros bilaterales y multilaterales y no volver al plenario hasta el viernes de la próxima semana.
Los países miembros aceptaron empezar por discutir el acceso al mercado de las naciones desarrolladas y concretar tarifas y montos específicos. Asimismo, habrá que definir qué productos son sensibles para cada nación y por tanto queda excluida su importación, o si es viable la propuesta brasileña de que haya un porcentaje -que rondaría el 5 por ciento- de esa misma mercancía que sí pueda entrar en un mercado protegido.
Una vez resuelta esta etapa, las conversaciones se centrarán en el acceso al mercado de las naciones en desarrollo y, finalmente, consensuar el difícil aspecto de los subsidios, tanto internos como externos. La idea es que durante las próximas tres semanas las delegaciones se reúnan en diferentes grupos, logren avances y, tras una pausa, continúen negociando para poder obtener un acuerdo más o menos concreto hacia mediados de octubre.
"Si en seis semanas no hay avances, entonces sí que realmente podremos decir que la negociación está en problemas, pero esperemos que eso no suceda", confesó Falconer. Los miembros de la OMC acordaron tratar primero el área agrícola para, posteriormente, avanzar en el sector industrial, una propuesta del G-20, grupo formado por 20 naciones en vías de desarrollo lideradas por Brasil, China e India.
Los países industrializados aceptaron la propuesta, pero según dijeron este lunes fuentes que asistieron a la reunión, algunas naciones en desarrollo hicieron hincapié en que no hay que olvidar el área industrial y la necesidad de que los menos desarrollados también tienen que hacer concesiones. La Ronda de Doha se inició en el 2001 con el objetivo de liberalizar el comercio internacional para beneficiar a los países menos industrializados, por lo que se la conoce como Ronda del Desarrollo. No obstante, seis años después, el consenso no se ha logrado y el proceso ha estado a punto de fracasar en más de una ocasión.