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Los analistas avanzan que la calidad de la deuda pública española está en riesgo

Los rescates pasarán factura. El déficit público podría superar el 7% en 2009 (hoy se sitúa en el 3%), impulsando la deuda pública hasta el 60% del PIB. España podría perder su máxima calificación (triple A), encareciendo el coste financiero de la deuda, según los analistas.

Los rescates pasarán factura. El déficit público podría superar el 7% en 2009 (hoy se sitúa en el 3%), impulsando la deuda pública hasta el 60% del PIB. España podría perder su máxima calificación (triple A), encareciendo el coste financiero de la deuda, según los analistas.
LD (M. Llamas) España se enfrenta a un escenario mucho peor del actual en 2009 y 2010. Y no sólo en materia económica, sino también en lo referido a las cuentas públicas. El endeudamiento masivo en el que están incurriendo las principales potencias mundiales avanzan una competencia feroz entre las administraciones por atraer recursos mediante la venta de bonos públicos.
 
El problema para España radica en la elevada dependencia de la financiación exterior, tal y como refleja el déficit por cuenta corriente que, en la actualidad, supera el 10% del PIB nacional. Además, y pese a las reiteradas afirmaciones del Gobierno, la recesión que sufrirá el país será mucho peor que los países de nuestro entorno. En este punto, coinciden tanto la OCDE como la propia Comisión Europea (CE), en boca del socialista Joaquín Almunia.
 
Pese a todo, el Gobierno español se ha embarcado en una peligrosa estrategia consistente en recurrir al déficit público y, por lo tanto, al aumento de la deuda, con el fin de estimular la economía y mantener la política de gasto público. El propio Gobierno reconoce ya que déficit superará el 4% del PIB el próximo año.
 
En la actualidad, los datos muestran que el diferencial de rendimiento (spread) entre los bonos españoles y alemanes sigue en aumento. Además, España presenta, junto a los títulos de Italia, Irlanda, Bélgica, Grecia y Portugal el mayor riesgo de impago de la zona euro, según refleja el mercado de Credit Defaul Swaps (CDS).
 

 
Este sector negocia seguros entre los inversores para protegerse del riesgo de impago de una empresa o Estado. Tal incremento muestra que se ha disparado la demanda de CDS de bonos españoles y, por lo tanto, su precio ante un posible default (impago). Se trata de un indicador clave sobre el riesgo que perciben los inversores en este ámbito.

Y aquí es donde entran las previsiones de los organismos internacionales. Jürgen Stark, miembro del Banco Central Europeo (BCE), advertía recientemente, en un artículo publicado en The Wall Street Journal, sobre el escenario extremadamente "difícil" que se presenta en el desarrollo de políticas monetarias y fiscales. El propio presidente del BCE, Jean Claude Trichet, alertó también del riesgo que implica asumir déficits excesivos.
 
El desafío radica en la aprobación de los múltiples planes de rescate bancarios aprobados en el seno de la UE, mediante la concesión de avales públicos o la adquisición directa de activos bancarios, como es el caso de España. Así, la mayoría de los países desarrollados ha incurrido en un elevado coste, medido en términos de PIB, en su intento por rescatar a los respectivos sectores bancarios.
 

Fuente: BNP Paribas y Portfolio
 
El cálculo para EEUU no incluye las inyecciones realizadas por la Reserva Federal (Fed). Y es que, la factura en el caso estadounidense asciende a cerca del 60% del PIB, mientras que en España se aproxima al 30%, si se incluyen los últimos planes de estímulo económico.
 
Visto en detalle, y sin contabilizar las partidas destinadas por la Fed, el Gobierno de EEUU ha incurrido en el tercer mayor coste público medido en términos de PIB de su historia, superando con creces el Plan Marshall. Sólo el New Deal y la II Guerra Mundial superan al actual rescate.
 

 
El Gobierno de Austria y Holanda ya se están encontrando con dificultades para colocar todo su papel. Los analistas coinciden en que estos primeros signos de estrés se dispararán en 2009 cuando los distintos gobiernos se vean obligados a incrementar sus emisiones de deuda.
 
Sólo EEUU tendrá que recaudar cerca de 2 billones de dólares entre los inversores, y China ya está alertando de los riesgos que ello conlleva. Stark señala que los fondos aprobados hasta el momento para la recapitalización y garantías públicas en la emisión de deuda bancaria ascienden a los 2 billones de euros, casi el 20% del PIB de la zona euro.
 
Como consecuencia, el BCE estima que muchos países de la eurozona (incluida España) se sumergirán en la recesión con elevados déficit y ratios de deuda pública. El decrecimiento y los rescates bancarios tenderán a aumentar aun más esta tendencia.
 
La deuda aumentará un 20%
 
Según Stark, muchos Estados presentarán un déficit de entre el 5% y el 7% en el plazo de un año y, como consecuencia, el ratio de deuda crecerá entre un 10% y un 20%. El coste de la financiación será, pues, todo un "desafío" para muchos.
 
Es aquí donde saltan las alarmas respecto a la deuda española. Siendo uno de los países peor posicionados para afrontar la recesión económica, y dado que el déficit exterior difícilmente bajará del 8% del PIB, el riesgo de la deuda española se acrecienta por momentos.
 
Así, tomando como referencia las propias previsiones del miembnro del BCE, España alcanzará un déficit público del 7% del PIB anual en 2009 y la deuda se disparará hasta el 60% del PIB (20 puntos porcetuales más que el ratio actual). De producirse este escenario, la máxima calificación de los bonos españoles (triple A) corre un serio peligro, según los analistas consultados por LD. Es decir, las agencias de rating podrían degradar la calidad de la deuda española.
 
Una degradación de este estilo implicaría más dificultades para colocar el papel en el mercado. Es decir, puesto que existe un mayor riesgo de impago, el Gobierno se vería obligado a ofrecer un rendimiento mucho mayor para colocar sus bonos. La factura de la financiación para España se dispararía.

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