LD (EFE) Según explicó en rueda de prensa el secretario general de la AEB, Pedro Pablo Villasante, estos resultados, "de gran calidad y recurrencia", y que permiten ser optimistas de cara al futuro, fueron posibles gracias al dinamismo comercial de estas entidades, pese al contexto internacional de turbulencias financieras derivado de la crisis de las hipotecas "subprime", un fenómeno "externo y extraño" a los bancos españoles.
Y la razón por la que los bancos españoles no se han visto perjudicados por este fenómeno, que estalló en verano, es el modelo de negocio que practican, "que es sólido y rentable", enfocado al cliente, gestionado con prudencia y bien provisionado, explicó, aunque admitió que los efectos podrían notarse con mayor intensidad en 2008.
Tras insistir en que "en España no hay subprime", Villasante aseguró que aquí no se autorizan ese tipo de operaciones de alto riesgo, sino que se analizan con un alto grado de rigor y en caso necesario se provisionan.
Este crecimiento de los resultados se vio impulsado por los créditos a clientes, que avanzaron un 16,2 por ciento, aún a buen ritmo pese a la desaceleración que ya se nota, y también por los depósitos, que crecieron un 15,3 por ciento, lo que permitió que el margen de explotación -el que mejor refleja la evolución del negocio puramente bancario- se elevara un 21 por ciento.
Sin embargo, la calidad del crédito sí se vio algo mermada en comparación con un año antes, ya que el índice de morosidad creció hasta el 0,99 por ciento, frente al 0,91 por ciento de septiembre de 2006, algo "perfectamente entendible" en el contexto actual y que no constituye "un motivo de preocupación", aseguró, ya que sigue en mínimos históricos.
Las cuentas de los nueve primeros meses de 2007 reflejan además un incremento del 14 por ciento de los ingresos por comisiones, consecuencia de la mejora de los ingresos por comercialización de servicios no bancarios y pese a la contención de las cobradas a clientes por servicios de medios de pago.
Los buenos resultados obtenidos por las operaciones financieras realizadas por estas entidades -especialmente con títulos disponibles para la venta-, junto con los dividendos cobrados de sus filiales permitieron una notable mejora del margen ordinario, que se situó en 42.165 millones de euros tras crecer el 16 por ciento.
Para final de año, Villasante pronosticó que no habrá grandes desviaciones respecto a las previsiones de resultados hechas por las principales entidades españolas. En definitiva, la política que han seguido en los últimos años los bancos españoles de equilibrio financiero y diversificación de las fuentes de financiación ha permitido reducir notablemente la apelación a los mercados interbancarios, afectados por una crisis de liquidez, así como mantener uno de los porcentajes de créditos financiados por depósitos de la clientela más elevados de nuestro entorno (80 por ciento), explicó.
Y la razón por la que los bancos españoles no se han visto perjudicados por este fenómeno, que estalló en verano, es el modelo de negocio que practican, "que es sólido y rentable", enfocado al cliente, gestionado con prudencia y bien provisionado, explicó, aunque admitió que los efectos podrían notarse con mayor intensidad en 2008.
Tras insistir en que "en España no hay subprime", Villasante aseguró que aquí no se autorizan ese tipo de operaciones de alto riesgo, sino que se analizan con un alto grado de rigor y en caso necesario se provisionan.
Este crecimiento de los resultados se vio impulsado por los créditos a clientes, que avanzaron un 16,2 por ciento, aún a buen ritmo pese a la desaceleración que ya se nota, y también por los depósitos, que crecieron un 15,3 por ciento, lo que permitió que el margen de explotación -el que mejor refleja la evolución del negocio puramente bancario- se elevara un 21 por ciento.
Sin embargo, la calidad del crédito sí se vio algo mermada en comparación con un año antes, ya que el índice de morosidad creció hasta el 0,99 por ciento, frente al 0,91 por ciento de septiembre de 2006, algo "perfectamente entendible" en el contexto actual y que no constituye "un motivo de preocupación", aseguró, ya que sigue en mínimos históricos.
Las cuentas de los nueve primeros meses de 2007 reflejan además un incremento del 14 por ciento de los ingresos por comisiones, consecuencia de la mejora de los ingresos por comercialización de servicios no bancarios y pese a la contención de las cobradas a clientes por servicios de medios de pago.
Los buenos resultados obtenidos por las operaciones financieras realizadas por estas entidades -especialmente con títulos disponibles para la venta-, junto con los dividendos cobrados de sus filiales permitieron una notable mejora del margen ordinario, que se situó en 42.165 millones de euros tras crecer el 16 por ciento.
Para final de año, Villasante pronosticó que no habrá grandes desviaciones respecto a las previsiones de resultados hechas por las principales entidades españolas. En definitiva, la política que han seguido en los últimos años los bancos españoles de equilibrio financiero y diversificación de las fuentes de financiación ha permitido reducir notablemente la apelación a los mercados interbancarios, afectados por una crisis de liquidez, así como mantener uno de los porcentajes de créditos financiados por depósitos de la clientela más elevados de nuestro entorno (80 por ciento), explicó.