Aproximadamente quedan aún 17.000 millones de euros del plan lanzado por el anterior Gobierno conservador del país, y que contaba con un fondo de 28.000 millones de euros. La ayuda sería en forma de garantías de préstamos y bonos del Gobierno griego, que podrían usar las entidades como garantía para obtener líneas de crédito del Banco Central Europeo.
"Los bancos han pedido usar los fondos remanentes del plan de apoyo... Desean tener seguridad adicional, ahora que la economía y el sistema bancario están bajo presión", confirmó a los periodistas Papaconstantinou, quien añadió que el Ejecutivo está estudiando con el Banco de Grecia el procedimiento para distribuir estos fondos.
Al parecer, según fuentes cercanas al asunto, los cuatro grandes bancos griegos (Banco Nacional de Grecia, Eurobank, Alpha y Piraeus), realizaron la semana pasada esta petición. Además, apuntan que a finales de esta semana podría tomarse ya una decisión.
Los bancos griegos han hecho hasta ahora uso de parte del fondo del plan mediante la emisión de acciones preferentes al estado a cambio de inyecciones de capital, aunque la mayor parte del mismo, principalmente las garantías estatales, no se utilizaron.
Estas entidades han asegurado en numerosas ocasiones que no se enfrenta a problemas de liquidez, pero algunos han tenido más dificultades para encontrar fondo en los mercados monetarios, lo que les obliga a depender más del Banco Central Europeo.