L D (EFE) Con el nacimiento del nuevo banco Unicredit-Capitalia, el segundo mayor de Europa, Italia ha visto en unos meses completamente revolucionado su sistema bancario, y blindado ante las posibles ofertas extranjeras. Los Consejos de Administración de los italianos Unicredit y Capitalia aprobaron este domingo por unanimidad el proyecto de su fusión, del que nacerá un banco con 100.000 millones de euros, que se colocará segundo en Europa y primero de la zona euro.
Una fusión que se une a la concluida el pasado enero entre Intesa y Sanpaolo, y que creó entonces el mayor banco italiano. Los medios italianos apuntan como principal responsable de la total revolución del panorama bancario italiano, al nuevo Gobernador, Mario Draghi, que se incorporó en enero 2006.
El sistema bancario italiano había quedado completamente aturdido después de que los holandeses de ABN Amro tras una dura y polémica puja se hicieran con Antonveneta, y después que el Banco Nazionale del Lavoro cayese en manos del francés BNP Paribas.
En aquel periodo, ocupaba el sillón de Gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, que dimitió después de las acusaciones de inmovilismo y de haber torpedeado los intentos de compra de bancos nacionales por parte de entidades extranjeras.
Con la llegada de Draghi, la amplia disgregación de entidades bancarias se ha visiblemente reducido con la aprobación de varias fusiones, en un intento de reforzarse, y evitando así el "asalto" de inversores extranjeros.
Así, en los últimos meses se han producido las fusiones de las Bancas Populares Unidas y Banca Lombarda; la del Banco Popular Italiano con el Popular de Verona y Novara; y la operación que unió al Popular de Milán y el de Emilia Romagna. Pero la gran operación de reforzamiento del sistema bancario italiano llegó con la fusión entre Banco Intesa y SanPaolo, un grupo que se colocaba líder en Italia con 500.000 millones de euros de activo, 50.000 millones de patrimonio y 70.000 de capitalización.
Un banco, que tiene en Italia una cuota de mercado del 20 por ciento", se colocaba como uno de los primeros bancos de Europa y entre los 15 mayores del mundo. "Este dinamismo es muy positivo, pero si lo hubiéramos usado hace veinte años, como ha sucedido en España, el sistema habría salido reforzado", había comentado entonces el presidente del Gobierno, Romano Prodi.
Los analistas vuelven a poner como ejemplo España, cuando hablan de la nueva operación entre Unicredit y Capitalia, dos colosos que imitan el dualismo en el país entre Santander y el Banco Bilbao Vizcaya (BBVA).
Pocos meses después, las sombras de posibles intereses extranjeros sobre Capitalia y Unicredit hicieron que las dos entidades llegasen a un acuerdo de fusión en 15 días, un tiempo considerado récord para este tipo de operación. Según los medios de comunicación, respetando los tiempos técnicos necesarios para la autorización de los reguladores, el nuevo instituto bancario, que se llamará Unicredit, podrá nacer en otoño.
Ahora, todos los ojos están sobre el quinto banco italiano el Monte dei Paschi di Siena (MPS), que se ha quedado aislado frente a estos dos colosos y que busca nuevas alianzas. Esta vez, según los analistas, se podría dar espacio a los españoles, los grandes derrotados de las operaciones en Italia, tras los fracasos del Santander y de BBVA.
Los medios locales indican que el BBA sería el más indicado para invertir en MPS, ya que el presidente, Francisco González, estableció buenas relaciones con los dirigentes de la Fundación MPS, que controla el 58 por ciento del banco, cuando intentó la compra de BNL.
Una fusión que se une a la concluida el pasado enero entre Intesa y Sanpaolo, y que creó entonces el mayor banco italiano. Los medios italianos apuntan como principal responsable de la total revolución del panorama bancario italiano, al nuevo Gobernador, Mario Draghi, que se incorporó en enero 2006.
El sistema bancario italiano había quedado completamente aturdido después de que los holandeses de ABN Amro tras una dura y polémica puja se hicieran con Antonveneta, y después que el Banco Nazionale del Lavoro cayese en manos del francés BNP Paribas.
En aquel periodo, ocupaba el sillón de Gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, que dimitió después de las acusaciones de inmovilismo y de haber torpedeado los intentos de compra de bancos nacionales por parte de entidades extranjeras.
Con la llegada de Draghi, la amplia disgregación de entidades bancarias se ha visiblemente reducido con la aprobación de varias fusiones, en un intento de reforzarse, y evitando así el "asalto" de inversores extranjeros.
Así, en los últimos meses se han producido las fusiones de las Bancas Populares Unidas y Banca Lombarda; la del Banco Popular Italiano con el Popular de Verona y Novara; y la operación que unió al Popular de Milán y el de Emilia Romagna. Pero la gran operación de reforzamiento del sistema bancario italiano llegó con la fusión entre Banco Intesa y SanPaolo, un grupo que se colocaba líder en Italia con 500.000 millones de euros de activo, 50.000 millones de patrimonio y 70.000 de capitalización.
Un banco, que tiene en Italia una cuota de mercado del 20 por ciento", se colocaba como uno de los primeros bancos de Europa y entre los 15 mayores del mundo. "Este dinamismo es muy positivo, pero si lo hubiéramos usado hace veinte años, como ha sucedido en España, el sistema habría salido reforzado", había comentado entonces el presidente del Gobierno, Romano Prodi.
Los analistas vuelven a poner como ejemplo España, cuando hablan de la nueva operación entre Unicredit y Capitalia, dos colosos que imitan el dualismo en el país entre Santander y el Banco Bilbao Vizcaya (BBVA).
Pocos meses después, las sombras de posibles intereses extranjeros sobre Capitalia y Unicredit hicieron que las dos entidades llegasen a un acuerdo de fusión en 15 días, un tiempo considerado récord para este tipo de operación. Según los medios de comunicación, respetando los tiempos técnicos necesarios para la autorización de los reguladores, el nuevo instituto bancario, que se llamará Unicredit, podrá nacer en otoño.
Ahora, todos los ojos están sobre el quinto banco italiano el Monte dei Paschi di Siena (MPS), que se ha quedado aislado frente a estos dos colosos y que busca nuevas alianzas. Esta vez, según los analistas, se podría dar espacio a los españoles, los grandes derrotados de las operaciones en Italia, tras los fracasos del Santander y de BBVA.
Los medios locales indican que el BBA sería el más indicado para invertir en MPS, ya que el presidente, Francisco González, estableció buenas relaciones con los dirigentes de la Fundación MPS, que controla el 58 por ciento del banco, cuando intentó la compra de BNL.