(Libertad Digital) Los hechos se remontan al 20 de febrero de 2007, cuando los escoltas de Pizarro –actual número dos de la lista del Partido Popular por Madrid– detectaron que el presidente de Endesa estaba siendo seguido. Los escoltas avisaron a la Policía y llegaron cuatro agentes que son los que han declarado ahora como testigos en el juzgado número 44 de Madrid.
Según la versión de los policías que abordaron a los supuestos espías, los dos guardias civiles no les dijeron que estuvieran de baja o fuera de servicio, pese a que ésta es la versión oficial mantenida hasta ahora por el Ministerio del Interior. Estos les declararon que eran guardias civiles "y que estaban haciendo un servicio, una operación de las suyas". No les dieron detalles sobre qué tipo de operación estaban realizando, pero sí les negaron que fuera "de persecución a nadie".
Da la casualidad de que el día en el que se produjeron los seguimientos, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunía en Ibiza con el primer ministro italiano, Romano Prodi, cita con posibles implicaciones para el futuro de la eléctrica.
Interior dice que ninguno estaba trabajando
Según recuerda El Mundo, el director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, afirmó el pasado 31 de mayo que ninguno de ellos estaba trabajando. El sargento Antonio García declaró el 4 de febrero que estaba destinado en la Comandancia de Tres Cantos, pero que aquella mañana se encontraba en esa zona tras "pasar la noche con una señora", de la que se negó a revelar su nombre.
Según relató, se encontró "casualmente" con el entonces cabo Javier Gallego, en El Corte Inglés de Campo de las Naciones de Madrid -próximo a la sede de Endesa- y, según su versión, ambos iniciaron juntos un recorrido desde allí a la Bolsa de Madrid, casualmente por el mismo itinerario que seguía el presidente de la eléctrica hacia su despacho en la sede bursátil.