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Los sindicalistas alemanes sacan los colores a Toxo y Méndez

Los sindicalistas alemanes han dado una lección a sus colegas españoles manifestando su "orgullo" de financiarse con las aportaciones de sus afiliados.

Así lo ha manifestado el presidente de la Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB), Michael Sommer, que acompaña a Angel Merkel en su visita a Madrid a preguntas de esRadio. También ha valorado esta independencia porque así no dependen de "ningún partido político". Los alemanes han hecho estas consideraciones delante de los subvencionados Toxo y Méndez, que asistían a la rueda de prensa.

Mientras, nuestro sindicalistas mostraban su oposición a que los salarios dejen de referenciarse a la inflación y pasen a depender sólo de la productividad, tal y como propone la canciller alemana. Ambos secretarios generales rechazaron ese planteamiento de Merkel porque, en su opinión, supondría eliminar las cláusulas de garantía salarial, las cuales evitan las pérdidas de poder adquisitivo para los trabajadores.

Según Méndez, el modelo actual de revalorización de los salarios en España (combina previsión de inflación, cláusula de revisión salarial y reparto en función de la productividad) no se podría entender si se quita alguno de sus componentes. Toxo también advierte de que sería un error si alguien pretende que se vuelva al viejo esquema de referenciar los salarios con la inflación pasada.

La negociación colectiva

Sin embargo, existe un consenso entre los expertos en que este sistema de negociación colectiva es una de las principales causas de la rigidez del mercado laboral español. Los empresarios, ante una caída de la demanda no tienen prácticamente ningún elemento para ajustar sus costes: los salarios están ligados a la inflación, los despidos son muy caros, reducir jornadas y suelos es muy complicado, etc... Esto explica que, en plena crisis, los costes laborales españoles hayan aumentado, mientras que los alemanes bajaban. Consecuentemente, la productividad de las compañías germanas mejoraba mientras caía la de las hispanas.

El problema es que ese ajuste se acaba produciendo siempre y, si no puede ser a costa de los salarios, se hace a costa de despidos. Las empresas aguantan mientras pueden, pero llega un momento en el que la cuerda se rompe (despidos masivos, cierre de compañías, etc...). Los sindicatos españoles, evidentemente, rechazarían cualquier tipo de responsabilidad en este fenómeno que, sin embargo, está muy ligado a sus peticiones y a un modelo laboral que no está vigente en ningún otro de los grandes países de Europa.

En Alemania, los sindicatos no sólo se financian por sí mismos, como ha quedado demostrado en la rueda de prensa de este jueves, sino que además están mucho más dispuestos a aceptar flexibilidad en las condiciones laborales, algo que también está incentivado por ley. Como explica Juan Ramón Rallo, esto provoca "el uso generalizado por parte de las compañías de las llamadas cláusulas de no aplicación, las cuales permiten en momentos de dificultad modificar jornadas laborales, recortar salarios y bonus o retrasar el pago de ciertas retribuciones".

Ahora, la tasa de paro en Alemania está por debajo del 7%, mientras la española ronda el 20%. Pero Toxo y Méndez seguirán defendiendo que todo esto no tiene nada que ver.

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