El que todavía piense que España es un Estado de Derecho, donde existe división de poderes, seguridad jurídica, independencia judicial y unas instituciones que defiendan las libertades individuales y protejan los derechos de los ciudadanos (entre ellos el de propiedad) o es imbécil o trabaja para la casta política que vive gracias a los sufridos contribuyentes que, cada cuatro años, se convierten también en electores.
La crisis económica ha destapado las vergüenzas de un sistema democrático enfermo gestionado por personas que no dan la talla, ni en el ámbito nacional ni en el internacional. Son gobernantes que nunca serían contratados en una empresa, y así nos va.
Ahora resulta que un parado que asiste a cursillos de formación es una persona que, en realidad, "trabaja para el país". Es lo que dijo ayer el presidente del Gobierno español en la cumbre de empleo organizada en Noruega por la Organización Internacional del Trabajo y el Fondo Monetario Internacional. Lo soltó así, sin más, con esas largas pausas que usan las personas que no saben lo que dicen y tienen que pensar bien antes de hablar. La cuestión es que a Zapatero no le salen frases coherentes, y mucho menos cuando habla de cuestiones económicas.
Todos los diarios económicos llevan este tema a sus portadas, sumándose así a los periódicos generalistas que también destacan las palabras del inquilino de La Moncloa. Sólo Cinco Días, del Grupo Prisa, no considera importante la cumbre de empleo, ya que no dedica espacio a informar sobre ella en su primera página.
Expansión enfoca el encuentro por las críticas del director gerente del Fondo Monetario, Dominique Strauss Kahn, que criticó a Zapatero por su falta de criterio. No se atrevió a lanzarle un rapapolvo directo, pero sí "calificó de drama y catástrofe el desempleo español, y desaconsejó subir impuestos", en clara referencia a la reforma fiscal que prepara el Gobierno español y que incluirá en los próximos presupuestos.
El periódico de Unidad Editorial habla de "Zapatero y de su teoría de los parados" y dedica un espacio de las palabras del secretario general de UGT, Cándido Méndez, que ha decidido llamar "fariseo" al director del FMI. ¡A ver si al final el sindicalista ha leído las Sagradas Escrituras y les está colando el mochuelo a sus compañeros rojillos!
El preboste sindical dice que "Strauss Khan impone políticas y luego se lamenta de sus efectos", lo que hace gracias a "los gobiernos de derechas con la aceptación sumisa de gobiernos como el de España". Seguramente le sentaría mal la cena al señor Méndez.
El Economista también destaca en su portada la "otra visión" de Zapatero respecto a lo que debe ser considerado un parado, pero se centra en las amenazas de los sindicatos que anuncian piquetes el próximo 29 de septiembre para la huelga general. Ellos dicen que serán "informativos", pero ya saben como se las gastan los secuaces de los líderes de UGT y CCOO. Los comerciantes y hosteleros están asustados y "piden protección al Ministerio del Interior", según señala el diario.
Fuente: El Economista
Es tremendo que sea necesario pedir al Gobierno que proteja a los trabajadores decentes de los liberados sindicales que viven a costa de los demás y se dedican a jalear a exaltados que en cada manifestación se dedican a romper escaparates, quemar mobiliario urbano y orinar en las esquinas. A ver que hace Rubalcaba el 29-S, porque de sus órdenes depende el pan de las familias de los emprendedores que decidan abrir sus negocios el día de la huelga.
El diario de Prisa, Cinco Días, no lleva ninguna de estas cuestiones a su portada. De hecho, comparado con el resto de los periódicos económicos, parece que fuera de un día diferente. Destaca la leve subida de la Bolsa y anuncia que "Industria detecta un fuerte deterioro en el servicio de la telefonía móvil". Resulta que "cada vez hay más reclamaciones de facturas y llamadas fallidas" y el equipo de investigación del diario lo ha descubierto. Qué buenos son, ¿verdad?