Lombard, en una entrevista publicada hoy por Le Figaro señaló que en los próximos días la dirección va a enviar un cuestionario a sus empleados para que puedan indicar qué cosas de la empresa les hace sentirse mal, dentro de la campaña para prevenir nuevos suicidios.
Esa campaña está pasando también por la congelación de la movilidad forzada de los trabajadores y por una mayor flexibilidad concedida a los responsables de los centros de trabajo a nivel local para gestionar posibles problemas de su personal.
"No se puede cambiar todo en una semana, pero de aquí a dos meses la situación debería ser más serena", señaló el presidente del grupo, en el que se han suicidado 25 de sus asalariados desde febrero de 2008, el último un ingeniero de 48 años el pasado jueves.
Preguntado sobre si había pensado en dimitir -como algunos trabajadores e incluso responsables de la oposición de izquierdas le han pedido-, Lombard respondió que "podría haber estado tentado de hacerlo".
Justificó su permanencia porque "un capitán no abandona el barco cuando se encuentra en una tempestad. Tengo que llevarlo a buen puerto, a una situación de empresa humana y próspera".
Además, señaló que tiene que encarnar "personalmente" el mensaje para los trabajadores de que "la nueva France Télécom tiene que ser humanamente eficiente para seguir siendo económicamente eficiente".