L D (Pedro de Tena) El Instituto ha hecho este cálculo y destaca que la situación se ha agravado en el último año, así como se prevé que pueda empeorar debido a la crisis económica y al incremento del número de desempleados. En el caso de Málaga, «5.000 familias se apuntan al paro cada mes», y las consecuencias pueden ser «dramáticas» cuando dejen de percibir los subsidios, señaló el coordinador del Instituto, Ángel Yagüe.
En septiembre del pasado año, el número de familias andaluzas con dificultades para llegar a fin de mes se cifraba en 439.000 (87.000 de ellas en Málaga), debido al estancamiento salarial frente a la subida de los préstamos hipotecarios y de los precios de los productos básicos. Las familias con una sola fuente de ingresos están «sufriendo lo más duro de la crisis», que afecta fundamentalmente a la clase media, la cual «se ha endeudado mucho» en los últimos años. Los precios de las viviendas «todavía son muy altos» y es necesario un reajuste del mercado inmobiliario para adaptarse a la demanda, pero el principal escollo es que los ciudadanos que tienen una elevada hipoteca no pueden venderla por menos.
Esta situación puede ser «catastrófica» si las familias con dificultades económicas se enfrentan «al fantasma del paro», insistió un representante del Instituto. Sobre la coyuntura económica, dijo que existe un «estupor creciente» entre los ciudadanos ante las «fluctuaciones» de la Bolsa y la incertidumbre sobre el cobro de las nóminas en muchas empresas, y aseguró que el escepticismo «acentúa la recesión». Los «mejores incentivos» para mantener la economía son aquellos que intentan conservar el empleo, argumentó el coordinador del Instituto Andaluz de Estudios Financieros, quien confió en que las medidas adoptadas por los gobiernos sean «efectivas y lleguen a los ciudadanos».
A este respecto, apuntó que es necesario «sostener» el sistema financiero para evitar que la economía «se derrumbe», pero resulta «contradictorio» con el mantenimiento del empleo la «inyección brutal» de dinero del gobierno en el sistema financiero, después de lanzar el mensaje de que es «sólido y está saneado». Yagüe confía en que los ciudadanos noten las medidas puestas en marcha, y considera que las próximas Navidades pueden ser un termómetro sobre el consumo, que en los últimos meses se ha retraído en bienes duraderos como muebles o electrodomésticos.