En concreto, el proyecto de ley, que podría entrar en vigor desde el próximo mes de enero, permitirá recaudar unos 1.300 millones de euros al año en función de los activos y los riesgos asumidos por las entidades y serán destinados a un fondo de rescate.
De este modo, Alemania secunda medidas similares aprobadas con anterioridad en Reino Unido y Francia, reforzando la posibilidad de que las tres principales economías europeas presenten una postura coordinada en la próxima reunión del G-20, que se celebrará en Seul el próximo mes de noviembre.