LD (EFE) La canciller subrayó que se trata de un mensaje de carácter "político" y no empresarial, pero insistió en que la reestructuración social y tecnológica debe producirse de forma equitativa. A la pregunta de si podía precisar qué significaba esto en la práctica, Merkel señaló que además del reparto de los sacrificios laborales que implica el saneamiento, ambos países se han propuesto mantener un reparto tecnológico equilibrado, el principal escollo entre ambos en las negociaciones que se están llevando a cabo.
La canciller quitó con ello indirectamente de la mesa toda opción a que sea, por ejemplo, España la que pueda llevarse una mayor parte del pastel del futuro Airbus A350, que se construirá con materiales ultraligeros, tecnología en la que no sólo está avanzada Alemania sino también España. Las diferencias sobre el reparto del desarrollo del futuro A350 había sido hasta ahora uno de los principales problemas en las negociaciones entre Francia y Alemania, pues los planes de saneamiento conocidos como "Power 8" contemplaban reducir drásticamente la aportación tecnológica alemana.
Chirac hizo especial hincapié en la necesidad de buscar soluciones laborales socialmente equilibradas. Aunque señaló que será la empresa la que deberá definir las condiciones del saneamiento, subrayó que éstas deberán evitar los despidos directos y "el cierre de plantas si no hay compensaciones". También Merkel dio importancia a este aspecto, aunque siempre añadiendo la coletilla de que el saneamiento debe ser duradero y debe garantizar la competitividad de la empresa europea.
Ninguno de los dos hizo alusión a las cifras anunciadas el martes pasado por el primer ministro francés, Dominique de Villepin, quien en una entrevista señaló que el recorte de plantilla afectaría a un total de 10.000 personas. Un diario alemán señaló ayer que de la cifra mencionada por Villepin, 3.700 empleos se recortarían en Alemania, 4.300 en Francia, 1.000 en España y otros 1.000 en el Reino Unido, lo que en principio podría interpretarse como un reparto relativamente equitativo.
Chirac confirmó indirectamente parte de estas cifras, al afirmar hoy que en los planes está previsto que el recorte de empleo sea "algo mayor" en Francia. Para Merkel, todo este tira y afloja forma parte de un "proceso normal" en cualquier negociación. "Lo importante es no permitir que esto sea instrumentalizado para sembrar la discordia", subrayó Merkel, quien, al igual que Chirac, no se cansó de ensalzar la importancia de la relación franco-alemana.
Aunque en la reunión se abordaron también temas de política internacional, como el problema nuclear de Irán o los preparativos de la próxima cumbre de la UE, el tema Airbus capitalizó gran parte de la reunión y prácticamente toda la rueda de prensa posterior. Sobre el próximo Consejo Europeo, que se celebrará el 8 y 9 de marzo próximos en Bruselas, Merkel y Chirac adelantaron que "habrá "decisiones muy concretas" en lo que respecta a la protección del clima.
La canciller quitó con ello indirectamente de la mesa toda opción a que sea, por ejemplo, España la que pueda llevarse una mayor parte del pastel del futuro Airbus A350, que se construirá con materiales ultraligeros, tecnología en la que no sólo está avanzada Alemania sino también España. Las diferencias sobre el reparto del desarrollo del futuro A350 había sido hasta ahora uno de los principales problemas en las negociaciones entre Francia y Alemania, pues los planes de saneamiento conocidos como "Power 8" contemplaban reducir drásticamente la aportación tecnológica alemana.
Chirac hizo especial hincapié en la necesidad de buscar soluciones laborales socialmente equilibradas. Aunque señaló que será la empresa la que deberá definir las condiciones del saneamiento, subrayó que éstas deberán evitar los despidos directos y "el cierre de plantas si no hay compensaciones". También Merkel dio importancia a este aspecto, aunque siempre añadiendo la coletilla de que el saneamiento debe ser duradero y debe garantizar la competitividad de la empresa europea.
Ninguno de los dos hizo alusión a las cifras anunciadas el martes pasado por el primer ministro francés, Dominique de Villepin, quien en una entrevista señaló que el recorte de plantilla afectaría a un total de 10.000 personas. Un diario alemán señaló ayer que de la cifra mencionada por Villepin, 3.700 empleos se recortarían en Alemania, 4.300 en Francia, 1.000 en España y otros 1.000 en el Reino Unido, lo que en principio podría interpretarse como un reparto relativamente equitativo.
Chirac confirmó indirectamente parte de estas cifras, al afirmar hoy que en los planes está previsto que el recorte de empleo sea "algo mayor" en Francia. Para Merkel, todo este tira y afloja forma parte de un "proceso normal" en cualquier negociación. "Lo importante es no permitir que esto sea instrumentalizado para sembrar la discordia", subrayó Merkel, quien, al igual que Chirac, no se cansó de ensalzar la importancia de la relación franco-alemana.
Aunque en la reunión se abordaron también temas de política internacional, como el problema nuclear de Irán o los preparativos de la próxima cumbre de la UE, el tema Airbus capitalizó gran parte de la reunión y prácticamente toda la rueda de prensa posterior. Sobre el próximo Consejo Europeo, que se celebrará el 8 y 9 de marzo próximos en Bruselas, Merkel y Chirac adelantaron que "habrá "decisiones muy concretas" en lo que respecta a la protección del clima.