Lo que pasa en Andalucía es que todas las instituciones importantes tienen que estar en Sevilla o en Málaga. Todas las demás provincias tienen que depender para todo de estas "capitales" en las que se invierte una cantidad desproporcionadamente alta del dinero público de toda la región.
El problema con Caja Granada es que parece que esta entidad quiere escapar de ser una sucursal de otra de Sevilla o Málaga, lo que me parece absolutamente legítimo y razonable.
Además, teniendo en cuenta el marco de crisis económica y financiera en el que se desarrolla el proceso de fusión de cajas, se puede sospechar legítimamente que se pretende utilizar a la entidad granadina para pagar la ruinosa situación de otras andaluzas que han sido peor gestionadas.