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Obama: El Gobierno de EEUU se ha quedado "sin dinero"

El Presidente Obama reconoce la delicada situación de las finanzas públicas de Estados Unidos, confía en la recuperación de General Motors y Chrysler, y no ceja en su empeño de apoyar las energías verdes.

(Libertad Digital) El presidente de EEUU, Barack Obama, concedió recientemente una entrevista al canal de televisión por cable C-SPAN, donde vertió algunas afirmaciones que han saltado a los medios norteamericanos estos últimos días. En lo que se refiere a asuntos económicos, se le preguntó sobre los elevados y crecientes costes del sistema sanitario en EEUU, así como la delicada situación de las finanzas públicas, la explosión de la deuda pública y el panorama de la industria automovilística. 

Sistema sanitario

Acerca del sistema sanitario, Obama mostró su preocupación por el elevado aumento de los costes de la asistencia médica y los programas gubernamentales Medicare y Medicaid, que suponen todavía mayor presión para las arcas públicas. Así, haciéndose eco de las opiniones de los agentes involucrados en el sistema, reconoció su insostenibilidad y la necesidad de hacer una reforma seria.  
Los objetivos generales de ésta no parecen sencillos, pero el presidente de EEUU se muestra optimista: a la vez que pretende reducir drásticamente los costes, se apuesta por incrementar la eficiencia, proveer de servicios más amplios y de más calidad para más gente, a la vez que dar cierta confianza a las familias con problemas económicos para que puedan disfrutar de la asistencia sanitaria pública.

Sobre las claves prácticas de esta reforma, apunta que hay que afrontar el problema con un espíritu práctico, lejos de la "rigidez ideológica", pero no ofrece muchos detalles más allá de la retórica. Su apuesta consiste en asegurar que todos cuenten con una cobertura básica, aumentar el grado de opciones de los pacientes e invertir en nuevas tecnologías de información para los hospitales. 

Así pues, su diagnóstico y propuestas para resolver el problema con el sistema sanitario, parecen divergir notablemente con la visión de Ron Paul, congresista republicano de Texas, quien ejerció la profesión de médico durante años. Éste considera que las diversas leyes, regulaciones e interferencias gubernamentales son la causa y origen de los elevados costes del sistema, y al contrario que el presidente Obama, propone apostar por un modelo más compatible con el libre mercado. 
 
Finanzas públicas 

Tras las propuestas para atajar los problemas del sistema sanitario, el entrevistador puso el dedo en la llaga: "Pero todo eso cuesta dinero. Ya conoce los números, 1,7 billones de déficit público, una deuda nacional de 11 billones. ¿En qué punto nos quedamos sin dinero?", preguntó. 

La primera respuesta del presidente fue sorprendentemente franca: "Bueno, ya estamos sin dinero". Reconoce el problema de los excesivos déficits en que está incurriendo el país norteamericano, así como algunos de los problemas a los que se enfrenta.

"Tenemos un problema a corto plazo", debido a las grandes cantidades que, tanto su Administración como la de Bush, han tenido que gastar para salvar al sistema financiero, para atajar el problema de la industria automovilística. Pero también debido a las consecuencias de la recesión: la caída drástica de los ingresos impositivos, el mayor número de desempleados y los programas para los pobres y desempleados. 

No obstante, no sólo le preocupa el problema de las finanzas públicas a corto plazo, sino que reconoce que éste parece pequeño por la magnitud del problema a largo plazo: los cada vez más crecientes costes de Medicaid y Medicare. Así, afirma que "si no reducimos el coste a largo plazo de la asistencia médica sustancialmente, no podremos controlar el déficit", y sostiene que de seguir el sistema sanitario como hasta ahora, el coste para el Gobierno federal no hará más que subir, hasta que "lo consuma todo".

Industria automovilística

En lo que respecta a la industria del automóvil, el presidente Obama espera que vuelvan a emerger General Motors y Chrysler tras el proceso de reestructuración por el que están pasando, y que se conviertan en compañías más competitivas y eficientes energéticamente. 

Su mayor preocupación en este tema es lo doloroso que puede resultar la reestructuración del sector automovilístico para las comunidades que han estado involucradas históricamente en esta industria. Para evitar y suavizar dicho ajuste, Obama ve la necesidad de enseñar nuevas habilidades a esos trabajadores que puedan quedarse sin empleo. Como alternativa para estas comunidades, apuesta por la energía y los trabajos verdes, a pesar de las advertencias de algunos investigadores, que basados en la evidencia empírica española alertan sobre los efectos perversos de este tipo de modelo.

Por otro lado, el presidente justifica sus acciones de cara a rescatar a esta industria, señalando su vital importancia: "es la base de economías a lo largo de todo el Medio Oeste, y en última instancia, de todo el país en su conjunto". Y hace uso del argumento de moda de aquellos que han defendido intervenciones públicas masivas en estos últimos tiempos: "si hubiéramos permitido que GM o Chrysler se liquidaran, eso habría sido un gran anti-estímulo sobre la economía en su conjunto, y nos podría haber arrastrado todavía más profundamente hacia la recesión o incluso la depresión".

Al mismo tiempo, el presidente demócrata afirma que "queremos dejar de ayudar a las compañías de automóviles tan rápido como podamos... pero tenemos que tomar algunas decisiones estratégicas sobre industrias estratégicas".

Situación financiera de los estados

Por último, fue preguntado por la delicada situación financiera de algunos estados como California: "¿se verá forzado a rescatar a los estados?", a lo que el presidente respondió negativamente. A continuación, arguyó que son los estados quienes en tiempos de recesión más demandas de servicios reciben, y al mismo tiempo, menos impuestos ingreasn. Por lo que, según el presidente, debido a la necesidad de equilibrar sus presupuestos, éstos se están viendo en la necesidad de hacer recortes en sus programas de gasto público, para lo cual el Gobierno federal está dispuesto a ayudar, dice Obama.

Y reconoció que el problema más grave que pueden estar sufriendo los estados tenga que ver con la refinanciación de su deuda: "todavía están muy afectados por la congelación de los mercados crediticios". Para solventar estos problemas, se están buscando "formas creativas" para ayudar a los estados a afrontar por estos tiempos difíciles, afirma.

Sin embargo, los analistas de Business Insider consideran que Obama no entiende la situación de California. Así, afirman que "el problema no es que estén pasando por una recesión -aunque es verdad que están en ella-. El problema es que tienen un sector público construido sobre los ingresos de la época de la burbuja (primero de las puntocom, y después de la inmobiliaria)". Por ello, "incluso una recuperación no proveerá de los ingresos que el estado necesita para equilibrar su presupuesto”, concluyen.

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