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Obama usa el miedo para que se apruebe su plan: "Perderemos 5 millones de empleos"

Obama se enfrenta a su primer reto. Los senadores han rechazado su plan de estímulo en primera votación y este martes vuelve a la Cámara. El presidente presenta una visión apocalíptica si no se aprueba: “Perderemos cinco millones de empleos”.

Obama se enfrenta a su primer reto. Los senadores han rechazado su plan de estímulo en primera votación y este martes vuelve a la Cámara. El presidente presenta una visión apocalíptica si no se aprueba: “Perderemos cinco millones de empleos”.

(Libertad Digital) El diario El Mundo publica un artículo escrito por el presidente de EEUU para The Washington Post donde queda patente el revés político sufrido ante la negativa de los senadores a aprobar su plan de estímulo económico. Tras ser revisado, este martes será votado en la Cámara y Barack Obama quiere asegurarse de que salga adelante.

Si el Senado aprueba el proyecto de ley en general, probablemente el martes, necesita ser cotejado con la versión que fue aprobada en la Cámara de Representantes, con una cifra de 819.000 millones de dólares. Los líderes de los partidos citaron a unos pocos legisladores de cada cámara para resolver las diferencias.

Los legisladores tienen que sortear grandes diferencias, desde prioridades de gasto hasta recortes fiscales e incentivos, y el proceso podría tomar muchos días. El Congreso está bajo la presión de terminar antes de la fecha fijada por Obama el 16 de febrero.

Cuando los legisladores lleguen a un compromiso, la Cámara de Representantes y el Senado votan nuevamente sobre la versión final antes de que sea enviada al presidente para que la promulgue o la vete.

El mensaje del miedo

Para ello, Obama utiliza un lenguaje apocalíptico y amenazador, donde intenta utilizar el miedo para lograr el apoyo de la opinión pública. “Si no se actúa, la nación va a hundirse en una crisis que, llegado a un punto, podríamos no ser capaces de darle la vuelta”, señala el presidente de EEUU.

El mandatario explica que, “en estos momentos, a nadie le cabe la menor duda de que hemos heredado una c risis económica tan profunda y funesta como ninguna otra desde los tiempos de la Gran Depresión . Se han perdido millones de empleos con que los estadounidenses contaban hace apenas un año; se han esfumado millones de los ahorros que tanto esfuerzo les había costado acumular a las familias. Por todas partes hay gente preocupada por lo que les deparará el mañana”.

Por lo tanto, “lo que los norteamericanos esperan de Washington es que se haga algo que se corresponda con las urgencias que experimentan en su vida diaria, algo que sea lo suficientemente rápido, audaz y acertado como para hacernos remontar esta crisis”.

Obama considera que si el plan no recibe el visto bueno del Senado, la economía de EEUU “va a perder otros cinco millones más de puestos de trabajo y el desempleo se va a acercar a porcentajes de dos cifras”. “Esta es la razón por la que me asalta este sentimiento de urgencia en relación con el Plan de recuperación”, añade.

Respecto a los opositores, el presidente señala que “estos últimos días, ha habido críticas equivocadas a este Plan por parte de quienes se han hecho eco de teorías fracasadas que, justamente, han contribuido a meternos en esta crisis, tales como la idea de que con reducciones de impuestos bastará para resolver todos nuestros problemas, o que podemos hacer frente a estas pruebas formidables con paños calientes o medidas de compromiso. O que podemos pasar por alto problemas fundamentales como nuestra independencia energética y el elevado coste de la atención sanitaria y aún así esperar que salgan adelante nuestra economía y nuestro país”.

A este respecto, manifiesta su “rechazo esas teorías” y hace una extrapolación de su visión a la opinión pública, ya que, a su juicio “eso es también lo que hicieron los ciudadanos cuando acudieron a las urnas en noviembre y votaron sin vuelta de hoja a favor del cambio. Ellos saben que lo hemos intentado por esas vías durante demasiado tiempo”. Para Obama, su plan “es lo que los ciudadanos esperan que hagamos sin más tardanza. Tienen la paciencia suficiente para darse cuenta de que nuestra recuperación económica habrá de medirse en años, no en meses . Ahora bien, para lo que ya no tienen ninguna paciencia es para este punto muerto de siempre entre los partidos, que interfiere en la adopción de medidas mientras nuestra economía sigue cuesta abajo”.

”Así pues, tenemos que elegir. Podemos dejar que, una vez más , los vicios de Washington se interpongan en el camino del progreso , o podemos hacer un esfuerzo todos a una y proclamar que, en Estados Unidos, el destino no está escrito sino que lo escribimos nosotros. Podemos poner las buenas ideas por delante de las batallas ideológicas de siempre y un objetivo común por encima del habitual partidismo estrecho de miras. Podemos actuar audazmente para transformar la crisis en una oportunidad y, todos juntos, escribir otro capítulo grandioso más de nuestra historia y superar la gran prueba de nuestra época”, concluye Obama.

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