El secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña, insinuó este lunes que la deducción de 400 euros en el IRPF y el chequé bebé de 2.500 euros podrían sufrir "ajustes" dentro de la revisión del sistema fiscal que está efectuando el Gobierno, aunque dio a entender que ninguna de estas dos medidas desaparecerán.
"Estamos considerando esas medidas, pero en la línea de ajustarlas, no en la de que se mantengan o desaparezcan. Entre el blanco y negro hay muchas tonalidades de gris", subrayó Ocaña al ser preguntado por qué pasará con los 400 euros y con el cheque bebé.
Ocaña, en declaraciones a Onda Cero, aseguró que la filosofía con la que se está revisando el sistema fiscal es la de intentar repartir mucho los esfuerzos para conjugar un déficit público que este año rondará el 9,5% del PIB.
"Es mejor hacer pequeños cambios y muy repartidos, de forma que los esfuerzos sean relativamente pequeños, que tomar deciciones drásticas y dramáticas", opinó el secretario de Estado, que recordó que para que el elevado déficit público sea en 2012 "un recuerdo y nada más" sólo hay dos remedios: contener los gastos o recaudar más.
En este sentido, apuntó que la idea del Gobierno es hacer "un poco de todo" y repartir los esfuerzos de la forma más amplia posible, aunque no quiso entrar en más detalles y remitió a la presentación de los Presupuestos Generales del Estado de 2010 para conocer los posibles cambios que se operarán en el sistema impositivo, informa Europa Press.
Rechaza de momento, subir el IVA
Lo que sí dijo claramente es que el Ejecutivo no se está planteando ahora una subida del IVA, habida cuenta de que el consumo es muy bajo, si bien no descartó analizar una medida así "a más largo plazo", pues el IVA en España es más bajo que en otros países europeos.
En cuanto a pedir un mayor esfuerzo fiscal a las rentas muy elevadas, como las que perciben algunos futbolistas, Ocaña señaló que es algo "que se puede considerar" y calificó de "legítimo" el plantearlo. En todo caso, precisó que una medida de esta naturaleza tendría una importancia "limitada y moderada" porque muy pocos ciudadanos perciben rentas de ese calibre.
Preguntado por si es el mejor momento para pactar un nuevo sistema de financiación autonómica teniendo en cuenta la situación económica y de los ingresos, Ocaña afirmó que si las comunidades autónomas utilizan los recursos adicionales que percibirán de forma "cabal", para reducir sus propios déficit, resulta perfectamente razonable instaurar ese nuevo modelo.
FUNCAS pide más impuestos
Por otro lado, la Fundación de Cajas de Ahorros (FUNCAS) ha vuelto a recomendar al Gobierno subir el tipo medio del IRPF, reducir los marginales y corregir "la excesiva generosidad" de desgravaciones que no tienen interés ni económico ni social, como la reducción de los 400 euros e incluso la de vivienda.
En el informe Opciones fiscales para la crisis, contenido en el último boletín económico de la entidad, mantiene que se podría equiparar la tributación de las rentas del capital, al menos, al tipo medio al que se gravan las rentas del trabajo, aunque se mantenga la actual eliminación de la progresividad para estos rendimientos.
Para FUNCAS, es conveniente establecer una desgravación de carácter más general aunque de menor cuantía con el fin de favorecer el ahorro. El informe subraya "la imperiosa necesidad" de reformas fiscales que aporten los ingresos suficientes para financiar el déficit público que se produciría en los próximos años si se mantiene una política tributaria pasiva, informa Efe.
Asimismo, cree necesario corregir algunas "malformaciones" de la estructura tributaria en España, que se evidencian cuando se compara con la de países del entorno. En este sentido, destaca que debería reducirse el tipo de impuesto de sociedades, la cuota empresarial a la Seguridad Social, al tiempo que sería conveniente aumentar el IVA para compensar las anteriores bajadas y dejar un margen para cubrir el mayor gasto público recomendado.
Igualmente cree que debería generalizarse en el futuro la eliminación paulatina de la desgravación por vivienda, ya que es un coste fiscal "sin ningún interés económico" en la coyuntura presente.