LD (EFE) Nacido en Madrid el 8 de junio de 1935, Iñigo de Oriol se licenció en Derecho en la Universidad Central de la capital y a los 24 años empezó a trabajar en el departamento de relaciones institucionales de Hidroeléctrica Española, compañía presidida por su padre, José María de Oriol.
En 1975 es nombrado vocal del Consejo y desde esta fecha participa activamente en la modernización de la eléctrica, a cuya presidencia accede en 1985 en sustitución de su padre.
Sin duda el gran acierto de Oriol fue la fusión entre Hidroeléctrica Española e Iberduero, gestada en 1991 y que propició un año después el nacimiento de Iberdrola, la segunda eléctrica de España y una de las mayores del mundo.
En la década de 1990 vivió en primera persona relevantes procesos para el sector eléctrico, como el intercambio de activos entre empresas (1993) y la promulgación de la Ley de Ordenación del Sistema Eléctrico Nacional (1994) y la Ley del Sector Eléctrico de 1997, que inicia el proceso de liberalización y apertura de los mercados energéticos en España.
En el debe del presidente de la eléctrica hay que apuntar la frustrada fusión con Endesa, que se fue al traste al comienzo de 2001 ante las condiciones impuestas por el equipo del entonces ministro de Economía, Rodrigo Rato. No obstante, el fiasco en la operación propició la llegada a Iberdrola de Ignacio Sánchez Galán como primer ejecutivo, una apuesta de Oriol que se ha revelado como un verdadero éxito a la vista de los datos: el beneficio neto de la eléctrica ha crecido desde 2001 el 52 por ciento.
Con la incorporación de Sánchez Galán, Oriol cedió parte de sus poderes ejecutivos, pero continuó su gestión institucional en la eléctrica y su trabajo al frente de Unesa, la patronal eléctrica promovida por su padre en los años cuarenta.
Precisamente en la patronal, de la que también se ha despedido recientemente, es donde ha vivido su último trago amargo con motivo del acuerdo con Gas Natural para adquirir los activos de Endesa si la OPA presentada por la gasista prospera. El pacto motivó el enfrentamiento en el seno de la patronal, supuso su paralización de facto y llevó a Oriol a presentar su dimisión al frente de Unesa, que no se llegó a hacer efectiva.
El pasado 18 de abril Iñigo de Oriol renunció a la presidencia de Unesa, cargo al que accedió en 2002 y que ocupó en los periodos 1987-1989 y 1996-1998 A partir de ahora Oriol continuará como presidente de Lafarge Asland y de la Corporación Empresarial de Extremadura y permanecerá como consejero de Siemens. Además, pertenece a la Junta Directiva de la CEOE, es vocal del Pleno del Consejo Superior de las Cámaras y presidente de Honor de la Cámara de comercio e Industria de Madrid.
En 1975 es nombrado vocal del Consejo y desde esta fecha participa activamente en la modernización de la eléctrica, a cuya presidencia accede en 1985 en sustitución de su padre.
Sin duda el gran acierto de Oriol fue la fusión entre Hidroeléctrica Española e Iberduero, gestada en 1991 y que propició un año después el nacimiento de Iberdrola, la segunda eléctrica de España y una de las mayores del mundo.
En la década de 1990 vivió en primera persona relevantes procesos para el sector eléctrico, como el intercambio de activos entre empresas (1993) y la promulgación de la Ley de Ordenación del Sistema Eléctrico Nacional (1994) y la Ley del Sector Eléctrico de 1997, que inicia el proceso de liberalización y apertura de los mercados energéticos en España.
En el debe del presidente de la eléctrica hay que apuntar la frustrada fusión con Endesa, que se fue al traste al comienzo de 2001 ante las condiciones impuestas por el equipo del entonces ministro de Economía, Rodrigo Rato. No obstante, el fiasco en la operación propició la llegada a Iberdrola de Ignacio Sánchez Galán como primer ejecutivo, una apuesta de Oriol que se ha revelado como un verdadero éxito a la vista de los datos: el beneficio neto de la eléctrica ha crecido desde 2001 el 52 por ciento.
Con la incorporación de Sánchez Galán, Oriol cedió parte de sus poderes ejecutivos, pero continuó su gestión institucional en la eléctrica y su trabajo al frente de Unesa, la patronal eléctrica promovida por su padre en los años cuarenta.
Precisamente en la patronal, de la que también se ha despedido recientemente, es donde ha vivido su último trago amargo con motivo del acuerdo con Gas Natural para adquirir los activos de Endesa si la OPA presentada por la gasista prospera. El pacto motivó el enfrentamiento en el seno de la patronal, supuso su paralización de facto y llevó a Oriol a presentar su dimisión al frente de Unesa, que no se llegó a hacer efectiva.
El pasado 18 de abril Iñigo de Oriol renunció a la presidencia de Unesa, cargo al que accedió en 2002 y que ocupó en los periodos 1987-1989 y 1996-1998 A partir de ahora Oriol continuará como presidente de Lafarge Asland y de la Corporación Empresarial de Extremadura y permanecerá como consejero de Siemens. Además, pertenece a la Junta Directiva de la CEOE, es vocal del Pleno del Consejo Superior de las Cámaras y presidente de Honor de la Cámara de comercio e Industria de Madrid.