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París y Berlín discuten cómo articular el nuevo "Gobierno Europeo"

La creación de un super-estado europeo sigue adelante. Francia y Alemania coinciden en avanzar hacia una "gobernanza económica"para salvar el euro.

Cuestión aparte es cómo articularlo. Berlín y París tienen visiones distintas. Tal y como avanzó Libertad Digital, en el trasfondo del debate sobre la emisión de eurobonos (deuda pública europea) subyace un proyecto político de mayor calado: la creación de un super-estado, basado en la unión fiscal y un Tesoro único.

En este sentido, Francia ya ha destapado las cartas mediante una propuesta concreta. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, entregará al presidente permanente del Consejo de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, un informe que propone crear un Tesoro Europeo que, en principio, estaría formado por Francia y Alemania y, posteriormente, se ampliaría a los Estados que respeten el límite de déficit del 3% que impone el Pacto de Estabilidad y Crecimiento comunitario. En concreto, el documento contiene 16 propuestas para mejorar la coordinación de las políticas económicas en Europa.

El plan "16 plus" de Lagarde

Esta idea parte de un plan previo, elaborado por la ministra de Finanzas gala, Christine Lagarde, bajo el título "16 plus". El objetivo es crear un Gobierno Europeo Único, en el que los distintos países miembros de la zona euro perderían su soberanía fiscal y económica.

Así, París pretende que Bruselas, bajo la dirección del Consejo Europeo, imponga a los diferentes estados la armonización fiscal e, incluso, la política económica a seguir. De hecho, Lagarde va más allá al proponer que si un país pretende mejorar su balanza comercial mediante el aumento de exportaciones deberá obtener antes el "consentimiento de los otros" gobiernos.

Sin embargo, este último punto es rechazado frontalmente por Berlín. La canciller alemana, Angela Merkel, coincide con los franceses en la necesidad de discutir la creación de "un gobierno económica a largo plazo", y parece estar dispuesta a avanzar "un paso más" en esa dirección, aunque muestra importantes discrepancias con el plan galo.

Las discrepancias de Merkel

Alemania sigue enfocando su atención en la articulación de un mecanismo permanente de estabilidad financiera a partir de 2013, en sustitución del Fondo de rescate de países de 750.000 millones de euros aprobado el pasado mayo. El nuevo Fondo giraría en torno a los siguientes ejes:

  • Los países que precisen ayuda deberán someterse a una serie de reformas estructurales de calado y duros planes de austeridad para reducir el déficit y la deuda pública, una especie de tutela económica por parte de Bruselas. De hecho, Berlín quiere imponer una cláusula de "freno de deuda", como el que existe en el modelo alemán. La Constitución germana obliga al Gobierno a eliminar el déficit estructural del país a partir de 2016.
  • Además, el coste de los rescates deberá ser asumido igualmente por los acreedores (tenedores de deuda pública). Se trata del famoso plan de "quiebra ordenada de países", por el que se aplicarían quitas y aplazamiento de pagos con el fin de reestructurar la deuda pública de los países insolventes. De hecho, la UE discute aplicar una medida similar al ámbito financiero, de modo que los acreedores también asuman parte de las pérdidas derivadas de la quiebra y el rescate de bancos insolventes.
  • El Fondo Monetario Internacional (FMI), al igual que sucede en la actualidad con el Fondo de rescate, también participaría en el mecanismo permanente a partir de 2013.
  • El nuevo Fondo tendría capacidad para comprar directamente deuda pública de los países en problemas, en sustitución del Banco Central Europeo (BCE)
  • Por último, las peticiones de ayuda por parte de países deberán ser aprobadas por unanimidad, de modo que Alemania podría vetar cualquier la concesión de cualquier préstamo.

Así, si bien ambas potencias coinciden en avanzar hacia el super-estado europeo, por el momento mantienen ideas distintas acerca de cómo articular el nuevo "Gobierno comunitario". Lo que está claro, sin embargo, es que dicho mega proyecto político suma adeptos por momentos.

Apoyo de Trichet y González

Sin ir más lejos, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, volvió a criticar el pasado viernes las propuestas de reformas de Bruselas por considerarlas insuficientes. En su intervención en un seminario de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) en la localidad bávara de Wildbad Kreuth, Trichet insistió en que "tenemos que construir e implementar un marco riguroso efectivo para el gobierno económico del área euro".

Así, "las propuestas actuales van en cierto modo hacia la reparación de las deficiencias institucionales que el pasado reciente ha expuesto". A partir de ahora, "habrá menos discreción en aplicar y reforzar la disciplina fiscal y macroeconómica en los Estados Miembros", pero Europa "no se puede permitir quedarse a medio camino, necesitamos ser más ambiciosos. Las propuestas que hemos visto en Bruselas no van lo suficientemente lejos en opinión del BCE". Es decir, Trichet apoya firmemente la creación de un nuevo super-estado.

El último en sumarse a esta idea es el ex presidente español Felipe González. En un artículo publicado este lunes, González explica que "la concepción de una Unión Económica y Monetaria, prevista así en el arranque de los tratados, quedó coja al desarrollar solo la Unión Monetaria, sin ningún mecanismo de gobernanza económica y fiscal que pudiera evitar las divergencias económicas entre los distintos países del euro".

Por ello, en su opinión, Europa debe "avanzar decididamente en el camino de lo que convencionalmente podríamos llamar federalización de las políticas económicas y fiscales [...] Federalización que se debería completar con la Política Exterior y de Seguridad Común, para la que el Tratado actual, si hay una decidida voluntad del Consejo, le da instrumentos suficientes".

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