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Paulson iba a disponer de 350.000 millones y reduciría el coste de las hipotecas a las familias

Los líderes del Congreso de EEUU y la Casa Blanca cerraron el domingo un acuerdo sobre el plan de rescate financiero, cuyo coste inicial se estima en 700.000 millones de dólares para adquirir la deuda de baja calidad de los bancos. El Tesoro dispondría de 250.000 millones de dólares de inmediato, y de otros 100.000 adicionales. La otra mitad sería sometida a votación. El Gobierno exigiría títulos a las entidades participantes como garantía, limitaría el pago de compensaciones a los directivos y se arrogaría la facultad de poder modificar las hipotecas de las familias con problemas. Este lunes, la cámara de representantes ha rechazado en dos votaciones el plan de rescate.

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Los líderes del Congreso de EEUU y la Casa Blanca cerraron el domingo un acuerdo sobre el plan de rescate financiero, cuyo coste inicial se estima en 700.000 millones de dólares para adquirir la deuda de baja calidad de los bancos. El Tesoro dispondría de 250.000 millones de dólares de inmediato, y de otros 100.000 adicionales. La otra mitad sería sometida a votación. El Gobierno exigiría títulos a las entidades participantes como garantía, limitaría el pago de compensaciones a los directivos y se arrogaría la facultad de poder modificar las hipotecas de las familias con problemas. Este lunes, la cámara de representantes ha rechazado en dos votaciones el plan de rescate.
LD (M. Llamas) El principio de acuerdo alcanzado entre los líderes demócratas y republicanos incluía importantes modificaciones con respecto al plan de rescate inicial diseñado por el secretario del Tesoro, Henry Paulson.
 
Ambos partidos han mostrado su preocupación por el posible coste que supondrá el plan a los contribuyentes, por lo que han incluido varias condiciones y restricciones a la iniciativa. El acuerdo inicial, al que ha tenido acceso Libertad Digital, establece el desarrollo del rescate en 3 fases.
 
Así, pese a que el coste inicial se mantiene en 700.000 millones, el Congreso facilitará al Tesoro 250.000 millones de dólares de inmediato, así como otros 100.000 millones adicionales para poner en marcha la compra de la deuda de mala calidad que acumulan las entidades financieras. La otra mitad precisaría del voto favorable del Congreso para su aprobación. Otros analistas, sin embargo, consideran que el Gobierno precisaría, como mínimo, de 5 billones de dólares de dólares para restablecer las estabilidad financiera.
 
Además, con el fin de proteger el dinero de los contribuyentes, el Tesoro podría exigir un determinado volumen de acciones a las empresas participantes en el programa de salvamento. El acuerdo establece, igualmente, ciertos límites al pago de compensaciones (los denominados paracaídas de oro) a los directivos de las empresas que vendan activos al Gobierno. Tampoco podrían deducirse su salario si  cobran más de 500.000 dólares.
 
Límites al sueldo y primas de los directivos
 
Paulson sería el máximo responsable del rescate, y seguiría gozando de plena potestad para dirigir el proyecto, contratar al personal y las entidades necesarias para llevarlo a cabo, comprar los activos de baja calidad e, incluso, establecer su precio. Sin embargo, su actuación estaría supervisada por un comité formado por el presidente de la Reserva Federal, el presidente de la Comisión de Valores y Cambio, el director de la Agencia Federal de Finanzas Internas y el secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano.
 
De hecho, el texto establece la posibilidad de que las acciones del secretario del Tesoro puedan ser revisadas por los tribunales bajo determinadas condiciones, a diferencia del plan inicial, que otorgaba total inmunidad judicial a Paulson.
 
El Gobierno podría modificar las condiciones hipotecarias
 
Por último, el acuerdo otorgaba al Gobierno, como propietario de hipotecas y títulos hipotecarios, la posibilidad de modificar las condiciones de este tipo de préstamos (reducciones del principal o del tipo de interés) a fin de facilitar el pago a las cerca de 2 millones de familias que tendrán dificultades para afrontar sus créditos en 2009.
 
Según el plan, el Gobierno de EEUU podría comprar deuda de mala calidad en dólares también de bancos extranjeros, así como de gobiernos locales y fondos de pensiones. A insistencia de los demócratas, el departamento del Tesoro tendría que enviar una propuesta al Congreso después de cinco años para recuperar las empresas beneficiadas con el dinero que haya perdido el contribuyente con las operaciones.

El programa también daba al secretario del Tesoro la opción de requerir que los bancos compren seguros para cubrir su cartera de títulos vinculados a las hipotecas. Ésa era una demanda de los republicanos de la Cámara Baja, que deberán decidir si esa cláusula satisface sus inquietudes.
 
El pacto recibió el apoyo de los candidatos presidenciales, Barack Obama y John McCain, y del presidente George W. Bush, que tildó el proyecto de ley de "muy bueno", lo que le daba gran ímpetu político de cara a su aprobación.

Incapaces de alcanzar un pacto durante la semana, los líderes del Congreso se habían colocado como meta ponerse de acuerdo antes de que abrieran las bolsas en Asia, conscientes de que el retraso del programa de ayuda podría llevar a una caída libre de los mercados.
 
Acuerdo entre demócratas y republicanos
 
"Creo que lo hemos logrado", dijo el secretario del Tesoro, Henry Paulson, quien estaba acompañado por la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, y el líder de la mayoría de ese partido en el Senado, Harry Reid.

Durante la pasada noche y este lunes, su personal tradujo el principio de acuerdo a un texto legislativo concreto, la llamada "Ley de Estabilización Económica de Emergencia de 2008", de más de 100 páginas.

Estaba previsto que la Cámara Baja votara la ley el martes y que el Senado hiciera lo propio el miércoles, pues el martes no habrá sesiones por la fiesta del año nuevo judío. "Este es un voto difícil, pero con las mejoras hechas al proyecto de ley, tengo confianza en que el Congreso hará lo que es mejor para la economía y lo apruebe rápidamente", dijo Bush.

El programa aspira a ser una de las mayores intervenciones en los mercados en la historia de Estados Unidos. Su objetivo es desbloquear el flujo del crédito con la adquisición por parte del Gobierno de la deuda de mala calidad que intoxica los balances de los bancos, informa Efe.
 
Se aprobará esta semana

Los más reacios a su aprobación han sido los republicanos de la Cámara Baja, a quienes una intervención de tal calibre les suena a socialismo, una palabra maldita en el discurso político estadounidense. Eric Cantor, uno de los principales negociadores de ese grupo, dijo hoy en la cadena de televisión CNN que van a analizar la letra pequeña del proyecto para decidir si lo apoyan. Definitivamente, uno de cada dos congresistas republicanos han rechazado el plan. Entre los demócratas, 90 han dicho que no.
 
Los republicanos abogaban en un principio por crear un fondo constituido por capital privado, y no público, para llevar a cabo esta operación de rescate. No obstante, aceptaron la idea de que el Gobierno adquiera los títulos que lastran al sistema financiero, lo que es una buena señal de cara a la aprobación del paquete en el Congreso. "No estamos en desacuerdo con la posición de que el secretario Paulson tiene que comprar los instrumentos tóxicos", aseveró Cantor.
 
No obstante, ha pesado el argumento de la administración de que, si no se hace nada, habría caos en las bolsas y el país podría caer en una recesión profunda.

Las repercusiones a nivel internacional de un agravamiento de la crisis también serían profundas, como demostró este fin de semana la noticia de que el Gobierno británico pretende nacionalizar el banco hipotecario Bradford & Bingley (B&B). Mientras, las autoridades de Bélgica, Holanda y Luxemburgo intervinieron hoy el grupo Fortis.

Pese a todo, Paulson declaró en una entrevista emitida el domingo que no aprecia un fin cercano para la confusión que se ha apoderado de los mercados financieros del país y que ha humillado a Estados Unidos ante el resto del mundo.
 
Paulson confía en el programa
  
La conversación, grabada para el programa de la CBS, 60 Minutes, sirvió a Paulson para desear que el plan de rescate para Wall Street propuesto por Bush sea aprobado en el Congreso y que sirva para estabilizar los mercados financieros. Paulson rechazó comentar qué sucedería si la propuesta no prospera.
   
"Tendremos turbulencias y confusión en nuestro sistema financiero durante algún tiempo, pero creo que funcionará", explicó Paulson, que fue uno de los ejecutivos mejor pagados de Wall Street antes de tomar su cargo a mediados de 2006.
 
Paulson expresó su desesperación por la actual condición de Wall Street y el resto del sistema financiero estadounidense, que ha ayudado a engendrar la actual crisis aceptando las hipotecas con más riesgo.
  
"Desafortunadamente tenemos un sistema en el que no tenemos suficientes autoridades reguladoras ni estructuras para proteger a los estadounidenses", lamentó Paulson, que admitió que esta experiencia está siendo mortificante. "Hay muchas cosas de las que no estoy orgulloso cuando recorro el mundo representando a Estados Unidos; es una experiencia humillante" , zanjó.

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