Entre la pesca y la lectura, Rajoy ha encontrado un hueco para hacer alguna aparición pública. Este martes, el líder de la oposición ha valorado algunos asuntos de la actualidad. Entre otros, el de la economía española.
Preguntado por el futuro de las dos cajas gallegas –Caixa Gailcia y Caixanova- Rajoy ha preferido esquivar el asunto y ha señalado que "Mariano Rajoy no va a intervenir ni a opinar sobre un acuerdo de fusión o de cualquier otro tipo que se adopte", sentenció.
Así, sigue haciendo gala de su tremenda agilidad para esquivar piedras. Ya a primeros de julio pronunció la siguiente frase: “Alguien te puede tirar una piedra, pero si te apartas hábilmente…” que resumía el espíritu del PP que salió del congreso de Valencia. Fiel a su estilo, ha seguido esquivando.
Las razones que ha dado para no pronunciarse no dejan de ser curiosas. En primer lugar ha dicho que el futuro de las cajas es un asunto "muy serio" en el que "cuanto menos intervenga la política, mejor". Quizá Rajoy no recuerda que los consejos de administración de las Cajas de Ahorro en España están controlados en buena parte por los gobiernos autonómicos, y por lo tanto, por políticos.
La segunda de las razones es aún más llamativa. Dice que no intervendrá ni opinará porque es "un liberal de verdad" y, a su juicio, los políticos "no deben entrar en asuntos que no les competen". Lo que no ha explicado es qué le impide a un liberal emitir una opinión sobre, nada menos, que el futuro de una parte importante del sistema financiero español.
Además, no deja de resultar curioso que se defina como liberal cuando invitó a los liberales del PP a irse a otro partido si lo estimaban oportuno. Así las cosas, Rajoy insistió en que los políticos deben mantenerse al margen de temas "que no son suyos", y recalcó que son las propias cajas las que deben "velar por sus propios intereses y por los de los depositarios".