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Retórica sindical: amenazas, 'Mein Kampf', Marcha Negra

Ni siquiera ha faltado un sonoro discurso en alemán. El atril sindical en la Puerta del Sol de Madrid ha sido testigo del lenguaje totalitario y la retórica rancia de los sindicatos. Discursos no exentos de amenazas que han recordado, casi literalmente al Mein Kampf de Hitler.

Escribía Manuel Llamas el artículo El eje Toxo, Méndez, Hitler en Libertad Digital y establecía en él una serie de curiosos paralelismos entre la retórica y la teórica imprimida por Adolf Hitler en sus discursos y textos, con la de los líderes de las centrales sindicales Cándido Méndez y Fernández Toxo. Este viernes, 29-S, en la conclusión de la Huelga General en la Puerta del Sol, el artículo de Manuel Llamas cobraba vigencia.

Hemos podido escuchar, entre otros, a Cándido Méndez, Fernández Toxo, José Ricardo Martínez (UGT Madrid) y Javier López (CCOO Madrid) y a Michael Sommer, presidente de la Confederación Sindical Internacional (CSI), en alemán.

'Mein Kampf'

Era inevitable recordar el artículo de Llamas al escuchar entre las primeras intervenciones, precisamente la de Michael Sommer, quien en un gutural y rígido alemán se dirigía a la multitud con frases en contra del capitalismo y declarando con rotundidad: "Euer Kampf ist unser Kampf!" o lo que es lo mismo "vuestra lucha es nuestra lucha". Unas palabras que resonaron en la Puerta del Sol y que a más de uno le recordó el Mein Kampf de un tal Adolf Hitler.

El líder nazi dijo en mayo de 1927: "Somos enemigos del sistema económico capitalista actual porque explota al que es débil desde el punto de vista económico, con sus salarios desiguales, con su evaluación indecente de un ser humano según tenga riqueza o no la tenga, en vez de evaluar la responsabilidad y la actuación de la persona, y estamos decididos a destruir este sistema capitalista en todos sus aspectos".

Esto no es Alemania, ni Toxo y Méndez son Adolf Hitler, pero en la Puerta del Sol de Madrid ambos líderes emplearon la rancia retórica de la lucha de clases para cargar contra el capitalismo y los mercados financieros, auténticos artífices de la crisis, según ellos. Además, el líder de UGT gritó desde el estrado que son los ciudadanos las "víctimas" de la crisis que acabarán pagando sus consecuencias. Al mismo tiempo, acusaba al Gobierno de querer favorecer a quienes la han provocado.

Amenazas

Pero a quienes más sueltos se ha visto y escuchado en esa retórica liberticida es a los representantes madrileños de las centrales sindicales. Comencemos por José Ricardo Martínez (secretario general de UGT en Madrid). Un personaje que, entre otras lindezas, pidió en julio de 2009 a Miguel Ángel Fernández Ordoñez, gobernador del Banco de España, que se fuera "a su puta casa", o que recientemente dijo que Esperanza Aguirre (uno de los verdaderos centros de la ira sindical de este miércoles) gustaba de ser "la novia en la boda, la niña en el bautizo, y el muerto en el entierro... Yo no le deseo ningún mal a doña Esperanza Aguirre..."

Al término de la manifestación, ni siquiera el escaso seguimiento de la huelga ha impedido que José Ricardo Martínez mantuviese el tono amenazante. Esta vez, su furia estaba dirigida a todos –y han sido mayoría aplastante- los que se han negado a secundar la huelga y, por el contrario, se han empeñado en ejercer su derecho a trabajar enfrentándose a los piquetes sindicales. "Les tenemos localizado, sabemos quiénes son y vamos a intentar que conozcan el desempleo". Una frase muy propia en una España con casi 5 millones de parados.

Tampoco se ha quedado atrás su compañero de CCOO en Madrid, Javier López, para quien los energúmenos que han violentado los autobuses urbanos en las cocheras de Madrid o que han increpado e insultado a los trabajadores que acudían a sus respectivos puestos en Mercamadrid son "piquetes de la libertad". En Libertad Digital se han recogido suficientes imágenes y vídeos como para saber qué entiende una central sindical por "piquete de la libertad".

El aquelarre continuaba, con palabras grandilocuentes y mensajes triunfalistas que intentaban espantar sin éxito el fantasma de un fracaso, probablemente histórico, en esta huelga general, cuyo seguimiento, con suerte podría alcanzar el 10%.

La marcha negra

Y el colofón. En 1922, miles de camisas negras entraron en Roma en la llamada "Marcha de Roma" o "Marcha Negra" que dio inicio al régimen fascista de Benito Mussolini. Precisamente "Marcha Negra" es el modo en el que Cándido Méndez se refiere a las reivindicaciones de los sindicatos mineros. Sólo faltaron las camisas pardas.

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