La propuesta de Alemania, consistente en aplicar un proceso de "quiebras ordenadas" en el seno de la zona euro, se concreta poco a poco. Su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha propuesto un nuevo modelo de rescate para países de la UE que entren en crisis, en el que habría dos fases, la segunda de las cuales supondría que los acreedores privados deberían renunciar a parte del dinero que se les debe. Es decir, aboga por una reestructuración de deuda pública, consistente en demorar pagos y realizar quitas -suspensión de pagos parcial-.
En una entrevista que publica este lunes la revista Der Spiegel, Schäuble justifica su propuesta diciendo que "la UE no se creó para enriquecer a inversores financieros". Por ello, propone establecer un "mecanismo en dos fases. En la primera, cuando un país entra en problemas de liquidez, la UE pone un funcionamiento un plan de ajuste como en el caso griego. Durante esa fase, la fecha de vencimiento de los bonos de deuda estatal podría prolongarse", señala. Pero "si eso no ayuda, los acreedores privados, en una segunda fase, tendrían que renunciar a parte de sus derechos. A cambio, se les daría una garantía sobre el resto", agrega el ministro.
Schäuble se muestra partidario de que, como ocurrió en el caso griego, el FMI sea integrado en el nuevo mecanismo de rescate. "No hay ninguna otra institución en todo el mundo que disponga de tantos conocimientos sobre reestructuración ni que tenga una reputación similar en los mercados", afirma Schäuble.
De este modo, Schäuble habla abiertamente de permitir quiebras soberanas en el seno de la zona euro, tal y como reclamó la canciller alemana, Angela Merkel, y el banquero central germano, Axel Weber.
En este sentido, el conocido profesor de Económicas de la Universidad de Nueva York Nouriel Roubini señala que "los niveles de deuda de los gobiernos periféricos de Europa implican reestructuraciones inevitables", con las consiguientes pérdidas (quitas) para los acreedores (fundamentalmente bancos europeos). Y es que, según Roubini, "socializar las deudas" de los países más débiles no solventará la crisis de deuda pública que sufre la zona euro.
Los países más problemáticos son los denominados PIIGS: Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España. En las últimas semanas, las tensiones han golpeado con fuerza a Irlanda. Así, sus credit default swaps (CDS), un seguro para cubrir a los inversores posibles impagos, ha llegado a cotizar por encima de los 600 puntos básicos -todo un récord-, lo cual implica un desembolso de 600.000 dólares para asegurar una inversión de 10 millones en deuda a cinco años. Este nivel implica una probabilidad de default (suspensión de pagos) próxima al 40%.
La desconfianza de los inversores se acrecienta ante las recientes dificultades que está teniendo el Gobierno de Dublín para aprobar los Presupuestos Generales para 2011. Irlanda precisa aplicar nuevos recortes de gasto público para reforzar la confianza de los mercados. Y es que, en caso contrario, Irlanda tendrá que solicitar el rescate de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la quiebra, según algunos destacados expertos irlandeses.
Crisis en Irlanda
La semana pasada, el Gobierno irlandés presentó unos Presupuestos que contenían un recorte público adicional de 6.000 millones de euros y una subida de impuestos para 2011. Sin embargo, Enda Kenny, líder del principal partido opositor de Irlanda (Fine Gael), anunció el domingo que, finalmente, no apoyará el proyecto.
"No, no lo voy a hacer y le voy a decir por qué. No tengo fe en este Gobierno", afirmó Kenny durante una entrevista en la televisión pública RTE. "A este Gobierno no le queda credibilidad y se necesita un nuevo mandato. Si el Gobierno está tan confiado como dice que lo está con sus presupuestos, deberían convocar elecciones", apostilló.
El problema es que el Gobierno de Dublín precisa el apoyo de 80 de los 82 diputados del partido para sacar adelante la norma, pero no será fácil debido a las críticas de algunos de los dirigentes del partido por el recorte de las pensiones. Tampoco los socios minoritarios del Gobierno, el Partido Verde y dos independientes, han garantizado su apoyo al proyecto de cuentas públicas. Y, mientras, el tiempo se agota.
De hecho, el Presupuesto todavía no ha sido aprobado y ya está siendo desacreditado por algunos destacados economistas del país. Así, según Megan Greene, miembro de The Economist Intelligence Unit, tilda de insuficiente el recorte extra de 6.000 millones en 2011 para reducir el déficit público, y que supondrá un total de 15.000 millones hasta 2014. Además, las previsiones de crecimiento que ha elaborado el Gobierno son irreales, según este mismo experto. Dublín prevé que el PIB crezca un 1,75% en 2011 y una media del 2,75% hasta 2014.
"Creo que el Gobierno está siendo muy optimista y no comparto su opinión". Greene, por el contrario, pronostica una caída del 0,8% en 2011, y un avance del 1,1% de promedio entre 2011 y 2014. Por ello, aboga por un recorte extra de 9.000 millones de euros en 2011, y un total de 20.000 millones hasta 2013. En caso contrario, Irlanda se enfrentará a la "suspensión de pagos" en 2011, con lo que tendrá que solicitar el rescate de la UE.
Efecto contagio
Tras Grecia, sería el segundo país en acudir al mecanismo extraordinario de ayuda, concebido por Bruselas y el FMI, dotado con 750.000 millones de euros. La crisis irlandesa se está contagiando a otros países periféricos, como es el caso de Portugal y España. En concreto, los CDS de España se disparaban este lunes (a media sesión) hasta los 266 puntos, por encima del máximo histórico (259) alcanzado el pasado junio.
Algo más moderado era el repunte del diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo -el de referencia en Europa-, lo que se conoce como prima de riesgo país, que comenzaba la sesión en 195 puntos básicos y se situaba a esta hora en 198, lejos aún de los máximos alcanzados en junio, por encima de 220 puntos básicos.
Eurobonos
La capacidad de las economías más débiles de la Unión Europea para afrontar sus compromisos de deuda será uno de los temas de la reunión que comienzan este lunes los gobernadores de los bancos centrales del G-10 en Basilea, un encuentro en el que tratarán cuestiones como el endeudamiento de Europa y los tipos de cambio de divisas.
En este sentido, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, señaló el sábado que presentará una nueva propuesta para crear bonos europeos (eurobonos) para fortalecer la solidaridad entre países de la zona euro. "Es una manera inteligente de mantener en el futuro el atractivo de los inversores por la deuda pública de los países más débiles", ya que sus emisiones se realizarían a través de este mecanismo.