LD (Ángel Martín) El conocido gurú Roubini contempla la nacionalización de la banca de EEUU como la única solución posible a la crisis financiera que vive la primera potencia mundial. La duda es si ésta debe ser "parcial o total", según indicó en una reciente entrevista al canal estadounidense CNBC.
El profesor Roubini, presidente de RGE Monitor, fue uno de los pocos analistas que supieron prever la actual crisis financiera y bancaria, junto a buena parte de economistas de la Escuela Austriaca. Por adelantar el desastre en tiempos de bonanza es tildado como el Dr. Doom (algo así como el Dr. Agorero, en español). Desde entonces, es uno de los economistas de referencia para analizar la actual situación a uno y otro lado del Atlántico.
En los últimos días ha saltado de nuevo a la primera plana por su propuesta de nacionalizar los bancos, debido a la situación de insolvencia que presentan la mayoría de grandes entidades, tal y como advirtió igualmente otro prestigioso inversor, Jim Rogers. Se trataría de una medida temporal, ya que nadie está a favor de que el Gobierno se haga con el poder del sistema financiero de forma permanente, según declaraba Roubini al Wall Street Journal. Así, el Gobierno de EEUU debería comprar los bancos, limpiarlos de activos tóxicos y, acto seguido, venderlos al sector privado.
De hecho, incluso afirma que su propuesta de nacionalización bancaria temporal sería mucho mejor que mantenerlos como zombies financieros dependientes de la inyección constante de recursos públicos, tal y como sucede en la actualidad, ya que sería preciso desembolsar ingentes cantidades de dinero para rescatar a las instituciones financieras. Algo que, según Roubini, supondría una enorme carga fiscal y presupuestaria.
Además, critica la oposición que manifiesta el ala republicana a la nacionalización: "La intervención pública en la economía que presenciamos durante el último año de Bush no tenía precedentes. El banco central, que se supone es el prestamista de última instancia, ¡se convirtió en el prestamista de primera y única instancia!", señala Roubini.
Grandes quiebras
Preguntado por la aplicación formal de la nacionalización de los bancos, vaticina que ésta tendrá lugar en unos seis meses. Para entonces, "incluso las empresas que hoy parecen solventes, parecerán insolventes. La mayoría de los grandes bancos -casi todos- van a entrar en situación de quiebra".
Asimismo, afirma que la radicalidad de su propuesta no es tal, dadas las intervenciones masivas del Gobierno en los mercados financieros, llegando a controlar, de facto, buena parte del sistema bancario. La pregunta crítica para él es: ¿queréis dar el paso de hacerlo de jure?. Es decir, formalizarlo.
De alguna manera, y con ciertos matices, éste es el argumento del liberal Mencius Moldbug, autor de una de las explicaciones de la crisis más didácticas que se han escrito. Aunque defiende un modelo de mercado libre, Moldbug argumenta que, dado que el sistema financiero norteamericano está mayoritariamente en manos del Gobierno, lo sensato es reconocer este hecho y nacionalizar los bancos.
Según él, "esto no es una expansión del gobierno, sino un reconocimiento de su tamaño real. No es un gasto, sino una revisión contable para reflejar la realidad". De hecho, asegura que la construcción de un modelo financiero adecuado, estable y de bases sólidas, solo podrá darse una vez haya caído el modelo estatista actual.
Críticas a la nacionalización bancaria
Sin embargo, no parece tan claro que nacionalizar el sistema bancario sea la solución de los problemas actuales. Así lo piensa Adrián Ravier, investigador de la Fundación Hayek de Argentina, como dejó reflejado en estas páginas, al no considerar que esta medida solucione el problema de fondo. El también argentino Alberto Benegas Lynch (h), Presidente del departamento de Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Argentina y académico asociado al Cato Institute, se mostraba contrario a la politización de la banca y el sector financiero ya que, según advierte, corrompe y elimina la necesaria disciplina que debe existir en una economía de mercado, en la que las organizaciones con mala gestión deben quebrar o liquidar sus activos y sanearse.
Además, Benegas Lynch argumenta que al asumir el gobierno el rol del banquero, se reduce la eficiencia asignativa de los recursos escasos de la sociedad, lo que significará consumo de capital y menores ingresos reales per cápita en el futuro.
También crítico con la idea de nacionalización es Juan Ramón Rallo, director del Observatorio de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana. Ya en fechas tan tempranas como abril de 2008, cuando esta propuesta apenas se había barajado, este analista escribió en LD en este medio de manera cuasi profética: "Mucho me temo que, cuando la crisis se recrudezca, la nacionalización recibirá la bendición tanto de los socialistas como de los liberales de opereta que pueblan las universidades [...] Puede que por ahora la idea de nacionalizar la banca suene a un catastrofismo sin fundamento [...] El camino hacia la nacionalización de la banca está siendo adoquinado poco a poco desde los ambientes políticos y académicos. Se trata del ataque definitivo a nuestra libertad y de la garantía de una miseria económica estructural".
Para justificar su postura contra el plan de nacionalización, Rallo argumentaba que éste "consistiría en evitar los imprescindibles ajustes que necesitan nuestras economías y en tratar de volver a inflar, como sea, la burbuja. El Gobierno, una vez nacionalizados los bancos, prestaría dinero con pérdidas a los ciudadanos para adquirir activos a unos precios artificialmente altos que, una vez se desinflaran, acarrearían pérdidas aun mayores al erario".
Pros y contras
Y aun en el caso de que la nacionalización tan sólo se hiciera con el objetivo de reestructurar los balances bancarios, la opción tendría el problema de la gran pérdida de conocimiento sobre la gestión de la banca que esto acarrearía, según este analista. Y es que, argumentaba que difícilmente los burócratas y políticos sabrán llevar mejor el negocio que los propios banqueros, a pesar de todos los fallos de estos últimos. Sin contar con el riesgo de tentación totalitaria para el poder político, más vivo que nunca en períodos de crisis como el actual.
Sin duda, las opiniones acerca de la nacionalización del sistema bancario son totalmente contrapuestas. Dada la gravedad de la situación actual, este es un periodo en el que la discusión y crítica abierta de ideas entre los expertos es más necesaria que nunca. Al contrario de lo que decía el Presidente Obama, el consenso no existe entre los economistas, ni debería. El debate está abierto.
Roubini: Los grandes bancos de EEUU quebrarán en 6 meses y serán nacionalizados
El gurú Nouriel Roubini, profesor de la Universidad de Nueva York, lo tiene claro. El debate no gira en torno a la nacionalización bancaria en EEUU, sino en si ésta debe ser total o parcial, ya que las grandes entidades quebrarán. El proceso podría comenzar en seis meses, afirma.
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