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Miguel Sebastián y el clan de Intermoney diseñan la fusión de cajas en Castilla y León

La unión de las cajas de Castilla y León ha sido diseñada por Intermoney, sociedad de valores creada en los años ochenta y que ha servido de cantera para los asesores económicos de Zapatero. Entre sus filas están el ex presidente de la CNMV, Carlos Arenillas, aunque su principal valedor en La Moncloa es Miguel Sebastián. El PP respalda este proyecto, según adelanta ABC.

La unión de las cajas de Castilla y León ha sido diseñada por Intermoney, sociedad de valores creada en los años ochenta y que ha servido de cantera para los asesores económicos de Zapatero. Entre sus filas están el ex presidente de la CNMV, Carlos Arenillas, aunque su principal valedor en La Moncloa es Miguel Sebastián. El PP respalda este proyecto, según adelanta ABC.
(Libertad Digital) El clan de Intermoney ha elaborado un informe para promover el proceso de integración -o fusión virtual- de las seis cajas de ahorro de Castilla y León (Caja Ávila, Caja Círculo, Caja Burgos, Caja España, Caja Duero y Caja Segovia). El nuevo consorcio se denominará “Grupo Cajas de Castilla León”. La asesoría de esta sociedad cuesta 1,5 millones de euros.
 
Lo sorprendente es que el diseño de esta fusión se le encomiende a esta sociedad de valores, con un jugoso contrato de asesoría, ya que Intermoney es la cantera que nutre de consultores económicos al Gobierno del PSOE, y especialmente al presidente, José Luis Rodríguez Zapatero.
 
Sería normal si se tratara de una comunidad gobernada por los socialistas, pero el Ejecutivo regional está presidido por Juan Vicente Herrera, del PP.
 
Según adelantaron María Cuesta y Ana Sánchez en ABC, el contrato recibió el visto bueno definitivo en una reunión durante la celebración del XI Congreso regional del PP, y a las que asistieron, entre otros, José Pérez, presidente no ejecutivo de Intermoney, Tomás Villanueva, vicepresidente del Gobierno regional y consejero de Economía, y Carlos Arenillas, ex vicepresidente de la CNMV y fundador de Intermoney, así como varios dirigentes de la Caja de Burgos.
 
Precisamente, mañana jueves el presidente de la Junta y el líder del PSOE regional, Oscar López, se reunirán con las entidades implicadas para dar el espaldarazo definitivo al proceso, según informa el diario El Economista. El clima de entendimiento político en Castilla y León en esta unión financiera es una de las bazas más importantes con que cuenta el proyecto que, de hecho, avanza con más rapidez de lo previsto.
 
Los responsables económicos del PP y del PSOE han apresurado desde el lunes las reuniones para quede sellado el pacto entre los dos grandes partidos que hará posible la integración.
 
Una fusión virtual
 
La fórmula elegida de concentración de las seis entidades, una vez rechazada la fusión, consiste en la creación de un nuevo instrumento financiero común para las cajas de la región (bajo la denominación de Grupo de Cajas de Castilla y León) que asumirá el control de los recursos y de las participaciones industriales, así como de la política crediticia, la posible emisión de cuotas y el desarrollo estratégico conjunto de las entidades.

Las cajas, a su vez, mantienen su personalidad jurídica, su actividad ordinaria y sus redes de oficinas, así como la obra social. A este último respecto, no se descarta la constitución de una fundación que asuma la ejecución de los proyectos de ámbito regional en esta materia.
 
Este proceso ha recibido el respaldo del Gobierno y del Banco de España. Según fuentes financieras confirmaron al diario Expansión, “se trata de una buena solución, ya que las cajas no querían ir más allá, a una fusión clásica”.
 
1,5 millones para Intermoney
 
Y es que las crisis suelen beneficiar a unos pocos. El controvertido clan de Intermoney cobrará más de millón y medio de euros por su asesoramiento, después de que la empresa que recibió el encargo inicialmente, Analistas Financieros Internacionales (AFI), desaconsejara una fusión en la que no se produjera ahorro de costes alguno, tal como asegura La Nación.
 
El presidente de AFI, Emilio Ontiveros, se quedó fuera del proyecto por defender el predominio de los criterios económicos sobre los políticos, a pesar de las prisas de Herrera por cerrar cuanto antes la operación para solucionar los problemas de solvencia de algunas de las entidades.
 
Ontiveros pretendía que el proceso se realizara para reducir costes y aumentar la eficiencia, pero dejó fuera el criterio político, algo en lo que es especialista la sociedad de valores apadrinada por el ministro de Industria, Miguel Sebastián.
 
De ahí el carácter de urgencia de la reunión convocada p con los primeros ejecutivos de las seis entidades, que tendrán mucho que decir sobre la creación del Grupo de Cajas de Castilla y León, donde se verían integradas el área de inversión y comercial de todas las cajas, aunque preservando siempre la integridad territorial de cada una de ellas, que era una de las condiciones impuestas por el PSOE para que el proyecto se pueda llevar a cabo.
 
Segundo intento de fusión
 
Ésta no es la primera vez que la unión financiera de Castilla y León está a punto de materializarse. Populares y socialistas sellaron hace meses un acuerdo sobre un modelo de unión llamado de “cooperación reforzada”, una idea que no recibió el apoyo del Banco de España, desde donde se sigue con especial atención cada movimiento de integración que ocurre en el sector.
 
A la vista de los resultados, la propuesta del "Grupo Cajas de Castilla y León" ideada en Intermoney ha debido gustar al organismo supervisor español, pues el anuncio público del proyecto lleva implícita la tutela técnica del gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
 
De momento, las relaciones entre la institución financiera y la compañía consultora son fluidas y amistosas. De hecho, se da la circunstancia de que José Pérez (presidente de Intermoney) fue director general del Banco de España, y su nombre ha estado en varias quinielas para cargos de responsabilidad desde que Rodríguez Zapatero llegó al poder.
 
Fuentes oficiales de Intermoney reconocieron a ABC que el grupo “trabaja con más de cincuenta entidades financieras españolas, entre ellas con las cajas de Castilla y León"  pero declinaron hacer declaraciones respecto a este contrato por razones de “confidencialidad”.
 

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