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La intervención del G-7 no devaluará el yen

El G-7 se une para detener la revalorización de la divisa nipona, mientras el mercado demanda más moneda para la reconstrucción del país.

La próxima semana verá un nuevo capítulo de la eterna guerra de los gobiernos por torcer el mercado de divisas en función de sus intereses. Es una batalla cíclica, que sucede cada vez que una moneda se aprecia o se devalúa más de lo considerado correcto por los políticos o los bancos centrales. Entonces, tiene lugar la intervención -compras o ventas masivas de divisas- que trata de cambiar la tendencia y sostener el valor del resto de las monedas. El problema es que pocas veces tiene éxito, ¿será diferente en esta ocasión?

El terremoto del pasado viernes 11 de marzo ha provocado un fortísimo incremento en la demanda de yenes, al igual que ha sucedido en otros momentos similares en el pasado. La duda es cuánto se mantendrá esta tendencia. Los gobiernos, que se han puesto intranquilos con el vaivén de la última semana, parecen no entender que igual que los japoneses han recuperado rápidamente sus inversiones en el exterior para hacer frente a la catástrofe, la cosa podría cambiar según se tranquilice el escenario.

La apreciación del yen de los últimos días tuvo un precedente tras el seísmo de Kobe, en 1995. Los bancos, las aseguradoras y otras muchas empresas repatriaron muchos de sus activos en el extranjero para disponer de liquidez con la que hacer frente a sus obligaciones y poder iniciar la reconstrucción del país. De hecho, en los tres meses siguientes a aquella catástrofe, el yen se apreció un 20% respecto de la divisa norteamericana, que llegó al mínimo histórico de sólo 79,75 yenes por cada dólar en abril de aquel año.

A lo largo de este año, la tendencia del valor del yen había sido creciente. Así, en los días previos al seísmo, la cotización era de unos 83 yenes por dólar, frente a los 94 yenes que eran necesarios para conseguir un billete verde en mayo de 2010. De hecho, la intervención de este jueves-viernes (que se prevé que se mantenga los próximos días) no es la primera de este año.

En septiembre, el Gobierno japonés llegó a vender dos billones de yenes (unos 18.000 millones de euros) con el objetivo de revertir una tendencia que había llevado a su moneda a franquear la barrera de las 85 unidades por dólar. El movimiento tuvo éxito a corto plazo, pero pocos días después, el mercado recuperó la senda por la que transitaba y el yen comenzó a apreciarse de nuevo.

Terremoto e intervención

En los últimos días, las variaciones en los mercados de divisas han sido más bruscas que entonces y, por lo tanto, la respuesta aparenta ser más contundente. De hecho, no sólo es Japón, sino todo el G-7, el que intentará domar a los mercados y reconducir al yen. Para los gobiernos involucrados, la apreciación del yen supondrá una pérdida de competitividad para las exportaciones japonesas, que dificultará la recuperación en este país.

Cotización dólar/yen en el último año

Este jueves, el yen se intercambiaba a 76,25 unidades por dólar, el nivel más alto para la moneda nipona desde la Segunda Guerra Mundial. Para revertir esta tendencia, tanto el Banco Central Europeo como el Banco de Japón comenzaron a vender divisa japonesa en el mercado. Además, este último ha inyectado hasta 38 billones de yenes (330.511 millones de euros) desde el terremoto, para mantener la liquidez del sistema y evitar pánico entre los inversores.

Cotización dólar/yen en el último mes (Fuente: Yahoo Finance)

El movimiento ha sido exitoso en el corto plazo y el cambio llegó a tocar este viernes los 83,30 yen por dólar. Pero en septiembre también hubo un ligero rebote antes de volver a la senda de la revalorización. Los mercados de divisas mueven cuatro billones de dólares en transacciones cada día, cuarenta veces más que la cantidad inyectada hace unos meses por el Banco de Japón.

En este sentido, el analista estadounidense Mike Shedlock recuerda que "la historia ha probado que luchar contra las tendencias en las divisas es inútil", aunque no es descartable que el movimiento de los gobiernos se una a un cambio en la dinámica de los mercados.

Otra cosa es que la autoridad japonesa nipona decida ponerse a emitir billetes y devalúe su divisa por la vía de la impresión a mansalva. Pero claro, entonces sería el fantasma de la inflación el que esperaría a la vuelta de la esquina, y habría que ser muy cuidadoso para no encontrárselo.

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