(Libertad Digital) Aunque Siemens no ha querido confirmar la información, que según la agencia de noticias Europa Press procede de fuentes sindicales, un portavoz ha reconocido que el próximo 31 de marzo se producirá una reunión entre los delegados de personal y responsables del grupo.
El pasado 11 de marzo la empresa alemana reconoció su deseo de deslocalizar hacia Hungría alrededor de 2.000 empleos en el sector de telefonía con el objetivo de reducir sus costes. Además, a finales del año pasado, la prensa alemana se hizo eco de la deslocalización de otros 10.000 empleos, distintos a los actuales, en la filial de "software" de Siemens.
El grupo químico BASF también ha anunciado su intención de reconsiderar sus futuras inversiones en Alemania. Cada vez más empresas alemanas deciden optar por la vía de la deslocalización, aludiendo a los altos costes de trabajo y a una reglamentación excesiva. Una de las causas de esta deslocalización es el proyecto del ministro ecologista de Medio Ambiente, Jurgen Trittin, para reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, que ha sido mal recibido por los empresarios.
Esta tendencia irrita cada vez más al Gobierno, que se enfrenta a un nivel de paro desconocido desde hace décadas en Alemania –más del 11 por ciento de la población activa–. Ante esta situación, el presidente de una de las organizaciones patronales del país, la Federación alemana de Cámaras de Comercio e Industria, ha hecho un llamamiento en favor de la deslocalización de las empresas alemanas.
En una entrevista al periódico alemán Tagesspiegel, el presidente de la Federación, Ludwig Georg Braun, recomendó a las empresas "no esperar una política mejor y aprovechar las oportunidades que les ofrece la ampliación" a al Europa del Este. Schroeder, según su servicio de prensa, ha calificado este llamamiento de "acto antipatriótico".