LD (EFE) Allen Sinai, presidente del grupo Decision Economics, dijo al diario "The Washington Post" que calcula que el período fiscal, que concluye el 30 de septiembre, arrojará un déficit de 535.000 millones de dólares. Esta cifra se aproxima, aunque con signo financiero opuesto, al superávit de 537.000 millones de dólares que el gobierno del presidente Bill Clinton acumuló en sus últimos cuatro años y que estaban en el Tesoro cuando Bush llegó a la Casa Blanca en enero de 2001.
La mayoría de los empresarios simpatiza con la receta económica fundamental de Bush, que consiste en la reducción de impuestos -especialmente para los empresarios- y que desde hace dos años ha bajado los tributos en torno a 1,2 billones de dólares. Desde 2001 ha habido otros sustanciales estímulos del gobierno de Bush a la economía, como los respaldos financieros a las aerolíneas golpeadas por los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, y el incremento del gasto militar bajo la etiqueta de "guerra al terrorismo".
En su mensaje radiado del sábado, Bush sostuvo que su gobierno tiene "un plan para reducir el déficit a la mitad en cinco años", pero su gobierno se mantiene firme en el plan para reducir los impuestos en otros 796.000 millones de dólares a lo largo de la próxima década. Las razones para el paso de un superávit en 2001 a un déficit tremendo en 2003 son varias: la recesión económica, las secuelas de los atentados terroristas, el derrumbe del mercado de valores, los escándalos empresariales y la parsimonia de la economía que ha mermado la recaudación de impuestos.
El director de presupuesto de la Casa Blanca, Joshua Botlen, dijo al Post que no cree que "la política de reducción de impuestos del presidente Bush esté desligada totalmente o en conflicto con el restablecimiento del control presupuestario". "La prioridad más importante en lo que se refiere al déficit es la reactivación del crecimiento económico", agregó el funcionario.
En los últimos dos meses ha habido algunos indicios de que la economía ha comenzado a moverse con mayor dinamismo que en los últimos 18 meses, pero lo que preocupa a los empresarios es que el déficit impida esa revitalización o que obligue a un aumento de impuestos. Sinai dijo que los empresarios quieren compromisos claros de la Casa Blanca de cuál será el curso. "Ya es tiempo de que pensemos más allá de este año y del próximo acerca de cómo bajaremos los déficit de largo plazo que podrían tornarse en desastrosos", agregó Sinai.
Aparte del déficit del gobierno federal, la mayoría de los Estados padece los mayores déficit desde el final de la Segunda Guerra Mundial y, a la vista de que seguirá creciendo el gasto militar y en "seguridad nacional", la única opción es la clásica: recortes en los gastos de servicios sociales y despido de funcionarios públicos, entre otras medidas.
La mayoría de los empresarios simpatiza con la receta económica fundamental de Bush, que consiste en la reducción de impuestos -especialmente para los empresarios- y que desde hace dos años ha bajado los tributos en torno a 1,2 billones de dólares. Desde 2001 ha habido otros sustanciales estímulos del gobierno de Bush a la economía, como los respaldos financieros a las aerolíneas golpeadas por los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, y el incremento del gasto militar bajo la etiqueta de "guerra al terrorismo".
En su mensaje radiado del sábado, Bush sostuvo que su gobierno tiene "un plan para reducir el déficit a la mitad en cinco años", pero su gobierno se mantiene firme en el plan para reducir los impuestos en otros 796.000 millones de dólares a lo largo de la próxima década. Las razones para el paso de un superávit en 2001 a un déficit tremendo en 2003 son varias: la recesión económica, las secuelas de los atentados terroristas, el derrumbe del mercado de valores, los escándalos empresariales y la parsimonia de la economía que ha mermado la recaudación de impuestos.
El director de presupuesto de la Casa Blanca, Joshua Botlen, dijo al Post que no cree que "la política de reducción de impuestos del presidente Bush esté desligada totalmente o en conflicto con el restablecimiento del control presupuestario". "La prioridad más importante en lo que se refiere al déficit es la reactivación del crecimiento económico", agregó el funcionario.
En los últimos dos meses ha habido algunos indicios de que la economía ha comenzado a moverse con mayor dinamismo que en los últimos 18 meses, pero lo que preocupa a los empresarios es que el déficit impida esa revitalización o que obligue a un aumento de impuestos. Sinai dijo que los empresarios quieren compromisos claros de la Casa Blanca de cuál será el curso. "Ya es tiempo de que pensemos más allá de este año y del próximo acerca de cómo bajaremos los déficit de largo plazo que podrían tornarse en desastrosos", agregó Sinai.
Aparte del déficit del gobierno federal, la mayoría de los Estados padece los mayores déficit desde el final de la Segunda Guerra Mundial y, a la vista de que seguirá creciendo el gasto militar y en "seguridad nacional", la única opción es la clásica: recortes en los gastos de servicios sociales y despido de funcionarios públicos, entre otras medidas.