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Zapatero insistirá en tirar de gasto público frente a las reformas light de Rajoy

La crisis centrará el Debate sobre el estado de la Nación. Zapatero insistirá en tirar de chequera y extender los subsidios a los parados sin prestación. Rajoy abogará por tímidas reformas, siempre bajo el paraguas del acuerdo y el diálogo social. Pero no todo será economía.

La crisis centrará el Debate sobre el estado de la Nación. Zapatero insistirá en tirar de chequera y extender los subsidios a los parados sin prestación. Rajoy abogará por tímidas reformas, siempre bajo el paraguas del acuerdo y el diálogo social. Pero no todo será economía.

LD (M. Llamas) La dura crisis económica centrará el Debate sobre el estado de la Nación, que tendrá lugar el martes y el miércoles en el Congreso de los Diputados. Y ello, pese a que ésta fue negada una y otra vez por el Gobierno hasta la celebración de las elecciones generales en marzo de 2008.

Con el paso de los meses, la crudeza de los datos ha terminado por desmentir los pronósticos y promesas del Gobierno en esta materia. La imposibilidad de negar la crisis hará que el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, centren sus intervenciones en las posibles recetas a aplicar paras salir de la situación.

Y es que, la crisis se agrava por momentos. La economía española se contrajo un 2,9% interanual en el primer trimestre del año. Se trata de la mayor caída desde los 70. Y ello, debido, sobre todo, a la "pronunciada reducción" de la demanda nacional, que descendió un 4,9% respecto al último trimestre de 2008.

En este sentido, destaca la compra de bienes de consumo duraderos o las matriculaciones de automóviles, que cayeron un 38% en el primer trimestre frente al 45% del último de 2008. Mientras, el Índice General de Producción Industrial (IPI) descendió un 14% interanual en marzo y un 24,7% al descontar los efectos de calendario. La mayor caída desde que se inició esta serie en 1994.

La crisis se intensifica

Como resultado, España registró el pasado marzo una tasa de paro del 17,4% de la población activa, más del doble del dato acumulado para el conjunto de OCDE -que reúne a las 30 economías más ricas del planeta-, que ascendió al 7,6%. En el conjunto de la Unión Europea el paro ascendió al 8,3% en marzo, mientras que en la zona euro fue del 8,9%.

España ya contaba en abril con más de 4,1 millones de parados, de los que casi 1,5 no cobran subsidio. A su vez, el ritmo de destrucción laboral sigue marcando tasas récord, con caídas en la afiliación próximas al 7% interanual -1,32 millones de puestos de trabajo menos en los últimos 12 meses-. El creciente drama del desempleo será, precisamente, uno de los asuntos clave que tratará Zapatero durante el debate.

Más Plan E

El presidente insistirá en ensalzar las más de 90 medidas que contempla el denominado Plan E para tratar de demostrar a la ciudadanía el trabajo desarrollado por el Ejecutivo durante los últimos meses para luchar contra la crisis, en un ejercicio publicitario similar al efectuado la semana pasada por la ministra de Economía, Elena Salgado, y la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.

El Gobierno ya se ha gastado más de 50.000 millones de euros, el segundo mayor esfuerzo fiscal de los países desarrollados tras Arabia Saudí, sin ningún resultado visible. Pese a ello, Zapatero insistirá en tirar aún más del gasto público como única solución posible frente a la crisis. Así, Zapatero no descarta la puesta en marcha de nuevas medidas de gasto para auxiliar a sectores especialmente castigados, como la vivienda o el automóvil. Es decir, más Plan E.

Ampliación de subsidios de paro

Sin embargo, el presidente se centrará, sobre todo, en contener la sangría del paro. Para ello, pedirá a comunidades autónomas y ayuntamientos que se impliquen en el reparto de los "esfuerzos y sacrificios" para extender temporalmente el subsidio de paro a aquellos desempleados que ya no tengan derecho a prestación. Además, defenderá la inversión pública (más dinero del contribuyente) en sectores de "futuro", según Zapatero, como las energías renovables, las infraestructuras turísticas, el mercado agroalimentario o las nuevas tecnologías.

En definitiva, apostar por una economía "social y verde", pero sin atisbo alguno de reformas estructurales de calado para dinamizar la rígida economía española, pese a las recomendaciones de todos los organismos nacionales e internacionales sobre la necesidad de aprobar una reforma laboral o de revisar el sistema de pensiones. De hecho, incluso destacadas figuras socialistas coinciden en la necesidad de reformas. Es el caso de Joaquín Almunia, David Taguas, Jordi Sevilla, Octavio Granado o Miguel Ángel Fernández Ordóñez, por citar algunos ejemplos.

Zapatero no atiende a consejos. Muy al contrario, pretende seguir tirando de chequera, pese a que España carece de margen fiscal para nuevos gastos, tal y como advierte el Banco de España, la Comisión Europea o el Fondo Monetario Internacional. No obstante, el déficit público alcanzará el 10% del PIB, mientras que la deuda ascenderá al 62,3% en 2010, como mínimo. Gasto que, tarde o temprano, tendrá que ser sufragado por los contribuyentes. En este sentido, no se descarta que Zapatero anuncie una reforma fiscal para incrementar los impuestos a las rentas más altas.

¿"Brotes verdes"?

Además, las previsiones de Bruselas sobre la economía nacional no dan motivos para el optimismo, por mucho que Salgado insista en querer ver "brotes verdes" donde, por el momento, tan sólo hay hierba seca. Y ello, sin contar el inicio de la crisis financiera, tras la intervención de Caja Castilla-La Mancha.

Por su parte, el líder del PP, Mariano Rajoy, reiterará su tradicional diagnóstico sobre la crisis, centrándose en la nefasta gestión del Gobierno. Por ello, exigirá al presidente un "profunda rectificación" de su política económica, ante el convencimiento de que las medidas que ha puesto en práctica no son eficaces para capear el temporal.

¿Alternativas?

El PP planteará la posibilidad de conceder ayudas directas a la compra de automóviles, así como extender las líneas del Instituto de Crédito Oficial (ICO) a las empresas. Es decir, más gasto público, aunque combinado, eso sí, con un discurso centrado en la austeridad de determinadas partidas poco relevantes, como las destinadas a los gastos corrientes del Estado. De hecho, su plan de reformas presentado en el Congreso aboga por aumentar, no reducir, el gasto público un 2% anual, como máximo.

En materia de empleo, el PP insistirá en poner en marcha la tan ansiada reforma laboral, aunque con matices. Y es que, lo populares insisten en el fórmula del diálogo y el pacto social para aprobar una reforma que, en ningún caso, contaría con el apoyo de los sindicatos. Por otra parte, ¿se atreverá el PP a hablar abiertamente de energía nuclear? Su programa tan sólo incluye la posibilidad de crear una comisión parlamentaria para debatir este asunto.

Por último, el líder popular reiterará sus propuestas de tímidas rebajas fiscales para empresas y autónomos. En definitiva, un plan de reformas light y límites al aumento del gasto serán las líneas generales de Rajoy. Un discurso que contrasta con las profundas reformas estructurales que reclama desde hace tiempo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en materia laboral, energética o fiscal. Precisamente, la política económica de Aguirre ha sido, por el momento, la única que ha recibido las pedradas e, incluso, amenazas de bomba por parte de los sindicatos. ¿Saldrá a la luz este tema en el discurso de Rajoy?

Lo único seguro es que el gasto público de Zapatero y las tímidas reformas de Rajoy marcarán el Debate sobre el estado de la Nación en 2009.

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