Ante la tímida amenaza de huelga de los sindicatos por el plan de recorte de Rodríguez Zapatero, el Gobierno quiere calmar los ánimos y para ello ha utilizado un arma que hasta ahora le ha funcionado bastante bien, a tenor del comportamiento que han tenido éstos durante el desarrollo de la crisis: las subvenciones.
Este lunes el BOE publica unas subvenciones por valor de 15,798.500,00 euros para los sindicatos durante 2010. Tan sólo cinco días después de la comparecencia del presidente del Gobierno en el Congreso para anunciar su plan de recorte, el Ministerio de Trabajo hace pública esta nueva serie de ayudas.
El objetivo de estos fondos públicos es la realización de “actividades de carácter sindical”, tal cual. Y más tarde añade el bonito fin de esta nueva lluvia de millones: “fomentar, mediante la financiación, la realización de cualquier tipo de actividad sindical dirigida a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales de los trabajadores”.
En este sentido, en el escrito publicado en el BOE, el Ministerio dirigido por Celestino Corbacho justifica estas ayudas mediante una “dotación presupuestaria específica para estas subvenciones”. Este dinero no va dirigida en un primer momento a ningún sindicato en concreto sino que el dinero se repartirá en “proporción a su representatividad” por lo que es de suponer que tanto UGT como CCOO recibirán un buen pellizco de este dinero.
Es muy destacable que durante todo el desarrollo de la crisis, con un paro que ya ha llegado al 20 por ciento y con una situación casi insostenible los sindicatos no criticasen al Gobierno ni amenazasen con ninguna huelga general. Y el precio de este silencio tuvo en 2009 un precio de 193 millones de euros.
Durante el pasado año, UGT y CCOO recibieron de forma equitativa esta cantidad sin contar otras partidas otorgadas por comunidades autónomas y fondos recibidos por sus fundaciones. Estos 193 millones doblaban a lo que estos sindicatos recibieron en 2008.
Tras el plan de recorte anunciado por Zapatero dijeron que “no descartaban” movilizaciones pero de nuevo volvieron a dar aire a Zapatero y descartaron una huelga general.