Esta semana, nuestros famosos se pasean exhibiendo sus incomprensibles prendas por diversos parajes, sin hacer distinción entre una alfombra roja de Festival de cine o la puerta de los juzgados. Si aún no se han indignado y se han lanzado a la Puerta del Sol con la tienda de campaña, dense un paseo por la Pasarela más enemiga del glamour.
El que podría pasarse por la chupi acampada – a visitar Willy Toledo y Santiago Segura- es Óscar Janeada. El actor español está de doble estreno: acaba de ser papá y la infame serie que protagoniza ha llegado a Telecinco. Y, para celebrarlo ha decidido disfrazarse de indigente. Y no es un insulto gratuito, juzguen ustedes mismos la ropa escogida para pasear al retoño: jersey de montañero, pantalones cagados al más puro estilo perroflaútico y botas de alpinista pijo. Juraría haber visto el mismo modelito apilado en el contenedor de ropa vacía de mi portal. Óscar, por tu niño... que luego todo esto son traumas.
Otro que parece que ha escogido atuendo en una tienda de disfraces es Brad Pitt. El actor pertenece a esa lista célebre de actores en perpetua guerra con su belleza, inmersos en la innoble tarea de desfigurarse. En esta ocasión, Pitt ha escogido el ‘look narco’ prototípico, inspirado en la célebre Corrupción Miami... tan avergonzante, que Angelina se negó a posar a su lado. ‘Yo ya se lo he dicho antes de salir...’, debió excusarse. Y es que, el look ‘total white’ dejó de llevarse hace 20 años –más o menos cuando feneció la gloriosa serie- y permanece vigente sólo en ciertos recintos horteras de Ibiza. Hasta ahí se ha ido a rescatarlo el guapo eterno. Zapatillas blancas, pantalón blanco... coronado con unas gafas de leopardo y unas maneras chulescas. El níveo hortera.Muchos le confundirían con el proveedor oficial de sustancias psicotrópicas, y no sería de extrañar que la Policía gala mirase con recelo al chulo con cadenas de oro y pinta de latin lover trasnochado.
Y es que, pocos desconocen aún el consejo Superpopesco que advierte que "las prendas hablan de ti, dicen mucho de lo que quieres transmitir". La mujer del torero con el peor logopeda de España debió tomar nota exacta de ese número de la difunta revista, y se lo ha tomado por las bravas. María José Campanario ha ido a contarle al juez que ella es buena, que no ha roto un plato en su vida, y que todo es error informático. O algo así. La cuestión es que quiso escoger una ropa que le dijese al subconsciente del juez: "¡Soy inocente!", y derivó en un: "¡No he catado varón y rezo todas las noches!". Se pasó de frenada nuestra Fiona patria: camisa abotonada hasta el cuello, rebeca abuelil, colores más pastel que Ghost, perlas al gusto de ¡Hola! y cara de compungida. El premio a la mojigatería no tiene rival.
Y para equilibrar, terminamos con Eva Longoria. La mujer desesperada sigue emperrada en los centímetros que le faltan, y su obsesión le lleva por derroteros nada recomentables, como combinar pantalones de Coronel Tapioca con taconazos de Manolo Blanik. Y no vale la excusa del pan. Si sales a la calle con zapatos de stripper, pantalones de bolsillos, pendientes de latina buenorra y gafas de sol...eres una choni. Aquí, y en Miami, Evita.