El fotógrafo que consiguió las fotos de la Princesa Letizia en bañador, publicadas esta semana por la revista ¡Hola!, vivió una auténtica odisea para hacerse con las imágenes. Según cuenta Emilia Landaluce en La Otra Crónica, llevaba tres años detrás de las imágenes y las logró a base de paciencia.
Según las fuentes de la periodista, el paparazzo hizo las fotos desde la isla balear de Cabrera, donde esperaba cada día que se enteraba de que el Fortuna estaba en el mar. Las imágenes se habrían hecho desde una gran distancia pero dentro del perímetro de seguridad con el que se blindan las vacaciones de la Familia Real, que, según un fotógrafo citado por LOC, está formado por ochenta personas.
La periodista Pilar Eyre, sin embargo, dice que, según sus fuentes, las fotos no se hicieron en Cabrera y apunta la posibilidad de que se tomaran desde una embarcación más alta que el Fortuna, porque las imágenes aparecen hechas desde arriba. Cuenta que aunque el periodista estuvo una hora fotografiando, nadie se dio cuenta.
Otra de las incógnitas es el precio de las fotos. Se ha hablado de todo tipo de cifras, pero Emilia Landaluce sitúa el importe en 150.000 euros. ¡Hola!, la revista que pagó por el jugoso reportaje, no situó las imágenes del bikini de Letizia como foto principal en la portada y tampoco publicó todas las fotos. Se habrían desechado imágenes de la tripulación del yate y las que muestran las dimensiones de la embarcación, en un intento de cumplir los deseos de la Familia Real de aparecer ante la opinión pública sin excesiva opulencia.