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le entrega un Goya honorífico

Alex de la Iglesia se queja al Rey de la nueva ley del cine

Frente al desastre paulatino de las cifras de audiencia, la autocrítica de nuestros cineastas: "Hacemos bien nuestro trabajo, pero vamos a hacerlo mucho mejor". Ahora el presidente de la Academia pide ayuda al Rey.

Como si del guión de la película Pídele cuentas al Rey se tratara, Alex de la Iglesia, director de la Academia de Cine, ha aprovechado una recepción del Rey en el palacio de La Zarzuela para hacer partícipe a Su Majestad de los problemas del cine español y el peligro para la industria que, a juicio del director, supone la nueva ley elaborada por el gabinete de Rodríguez Zapatero.

En el memorial de agravios incluido en su discurso protocolario, el director de la Academia del Cine no olvidó a las televisiones privadas, a las que acusó de “presionar para realizar cambios legislativos que les eximan de apostar por el cine en España", pues según los cineastas, la decisión de programar películas españolas al margen de su resultado en audiencia no debe corresponder a los propietarios de las emisoras, sino venir impuesta coactivamente por el gobierno como ocurre actualmente.

Para de la Iglesia, el cine español es un “activo estratégico para el país” (sic), y no una industria que deba mantenerse con los ingresos generados por el talento de sus profesionales como ocurre en el resto de actividades económicas, sean o no “estratégicas”.

En su discurso ante el Rey, el presidente de la Academia explicó que los profesionales del cine se dedican básicamente a "vivir haciendo cine, amando el cine, protegiendo nuestro trabajo", y en un “rotundo” ejercicio de autocrítica añadió: “Hacemos bien nuestro trabajo, pero vamos a hacerlo mucho mejor".

Respecto a la acogida cada vez más discreta con que el público premia las producciones españolas, de la Iglesia subrayó la necesidad de “acercar aún más nuestros lenguajes y nuestras historias a la gente y pensar en el público, que es el que nos da de comer", lo que hace aventurar que en cuanto se produzca ese “acercamiento” los cineastas renunciarán a las subvenciones públicas por innecesarias, que es la diferencia entre “vivir del público” y “vivir de lo público” como ocurre ahora.

El presidente de los cineastas españoles informó también al Rey del malestar en el sector por la nueva ley del cine que está preparando su ex compañera González-Sinde, que puede “poner en serio peligro la propia existencia de nuestro cine en un plazo muy breve”.

Después de esta advertencia, de la Iglesia se puso “a disposición” del Monarca y trató de transmitirle “un único sentimiento: ilusión y orgullo por lo nuestro”, que son en realidad dos sentimientos y no uno, aunque este ligero error matemático no tiene por qué empañar un acto entrañable, en el que hemos podido ver a nuestros cineastas solicitando la protección institucional de la Corona frente a las acometidas de un gobierno que, según los profesionales del cine, no está haciendo todo lo que debería para que puedan seguir manteniendo el tren de vida al que están acostumbrados.

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