Ya se van conociendo algunas noticias sobre las producciones cinematográficas españolas que se estrenarán este otoño, entre las que destacamos “Spanish Movie”, película dirigida por Javier Ruíz Caldera y producida por Telecinco. En un arrebato de originalidad, Spanish Movie imita el género norteamericano de plagiar otras películas taquilleras para hacer lo propio con películas españolas que han tenido cierta relevancia en los últimos años.
En efecto, casi treinta años después de que Hollywood inventara el género (“Aterriza como puedas” se estrenó en 1980), el cine español se dispone a plagiarlo justo cuando este tipo de filmes está más devaluado. Epic Movie, Disaster Movie y la saga Scary Movie son ejemplos de que el invento de parodiar otras películas, a juzgar por las cifras de audiencia, no está precisamente viviendo su época dorada sino todo lo contrario. Tal vez la concesión de sendas ayudas por parte del ICAA (Instituto para la Cinematografía y las Artes Escénicas, del Ministerio de Cultura) y del ICO (Instituto de Crédito Oficial) explique esta arriesgada apuesta de los productores.
El cine español, que años tras año ve cómo los espectadores huyen de las salas para refugiarse en las producciones norteamericanas, inicia con esta película un intento de imitar un subgénero de comedia típicamente hollywoodiense haciendo bueno el dicho “si no puedes con tu enemigo, únete a él”. Otra cosa es que se haga con tres décadas de retraso. Por copiar lo han hecho hasta con el actor, Leslie Nielsen, el rey del género en los Estados Unidos, que tendrá una participación especial en esta nueva película española.
En la promoción de la película, y con el fin de que los futuros espectadores sepan a qué se enfrentan, toma parte un artista polifacético, prácticamente el alter ego malagueño de Nielsen: Ni más ni menos que Chiquito de la Calzada.
Agotado el fenómeno “Torrente”, que tanto ayudó en años pasados a maquillar la catástrofe del cine español en términos de audiencia, tal vez “Spanish Movie” constituya el inicio de una línea de negocio floreciente que sirva para alegrar nuestras estadísticas, cada vez más macilentas, y de paso dar una alegría a la ministra González-Sinde. La respuesta, este próximo otoño.