Menú
ESTRENO: 27 DE NOVIEMBRE

Buscando a Eric: Cantona le rebaja los traumas a Ken Loach

En Buscando a Eric Ken Loach se desmarca un tanto de sus últimos films y prueba suerte con una comedia más amable de lo que cabría esperar. Sin perder, sin embargo, sus constantes de autor, las baña en esta ocasión de un espíritu naif que puede dejar frío o hasta irritar a sus detractores.

En Buscando a Eric Ken Loach se desmarca un tanto de sus últimos films y prueba suerte con una comedia más amable de lo que cabría esperar. Sin perder, sin embargo, sus constantes de autor, las baña en esta ocasión de un espíritu naif que puede dejar frío o hasta irritar a sus detractores.

En Buscando a Eric, un cartero superado por los acontecimientos de su vida recibe la alucinógena y trascendental visita de su ídolo, el futbolista Eric Cantona, que le aconsejará y guiará de una revelación a otra hasta recuperar el control de su familia, de su antiguo amor, y sobre todo de su autoestima.

Que nadie se engañe: con tal argumento Loach no deja atrás su analítica de lo que considera los males de la sociedad británica, aplicando a la fábula una óptica pretendidamente realista y un irritante determinismo social a cada una de las acciones de sus obreros -y pasivos, sobre todo pasivos- protagonistas. Menos mal que se ayuda de una decente construcción de personajes y de una narrativa que se guarda algún as en la manga, sin olvidar un Steve Evets que maneja a su protagonista con un naturalismo que sí es verdaderamente virtuoso.

De modo que Loach rebaja el nivel político de su discurso y deja espacio a una comedia melancólica bastante convencional, pero bien estructurada. La frescura que aportan sus actores compensa la fatalista épica proletaria que Loach aboceta ya en falsete, quizá como reconocimiento de lo agotado de su estereotipo.

Pero es justo reconocer que uno se puede dejar llevar por Buscando a Eric, film en el que Loach entona, versión Loach, una especie de versión personal de Qué bello es vivir que genera simpatía, cierta paz y bastantes sonrisas. La chocolatina de Loach no carece de ironía y sentido del cachondeo, presentes en cada una de las intervenciones del futbolista, mediocre actor pero figura carismática donde las haya, y por los compañeros de trabajo del protagonista, vitales en una resolución que de puro naif hasta funciona.

Pero tras Buscando a Eric se esconde una evidencia, esta vez cinematográfica. Nos encontramos ante un film premeditadamente menor que será aclamado en salas elitistas y de arte y ensayo, cuando la misma película protagonizada por Robin Williams sería denostada a diestro y siniestro, y exhibida masivamente en los cines del extrarradio. Irónica contradicción, sobre todo con Loach.

En Chic

    0
    comentarios
    Acceda a los 1 comentarios guardados