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ESTRENO: 13 DE NOVIEMBRE

Cuento de Navidad: Monumental espectáculo audiovisual

Robert Zemeckis nos trae otro de los espectáculos del año, junto con la orgía destructiva de 2012. El film no es ninguna paparrucha: disfraza el cuento clásico con un despliegue tecnológico escandaloso, fascinante y algo frío, pero finalmente apabullante. La Navidad ha llegado a las carteleras.

Robert Zemeckis nos trae otro de los espectáculos del año, junto con la orgía destructiva de 2012. El film no es ninguna paparrucha: disfraza el cuento clásico con un despliegue tecnológico escandaloso, fascinante y algo frío, pero finalmente apabullante. La Navidad ha llegado a las carteleras.
Robert Zemeckis , el casi siempre brillante director de éxitos como Regreso al Futuro, Forrest Gump o Naúfrago (probablemente una de las mejores películas de la década: el tiempo me dará la razón), anda ya algunos años enfrascado a su bola en el desarrollo de cintas de animación realizadas con el método de la captura de movimiento, que almacena digitalmente la actuación de actores y entornos reales que luego son manipulados en un entorno tridimensional.

Lo cierto es que Zemeckis, verdadero creador de magia, maestro de la cámara y narrador incontestable ya antes de encontrar la veta digital, ha demostrado ser uno de los pocos capaces al fin de comerse a su maestro Spielberg. Ahora ha encontrado el refugio perfecto para desarrollar lo que más le interesa: mundos completos que el artista puede manipular sin ningún tipo de cortapisas creativo o artístico. Es por ello que decepciona relativamente que films tan brillantes como este Cuento de Navidad, o la superior Beowulf, sean marginadas incluso por los defensores acérrimos del realizador, entre los que me incluyo. Cuento de Navidad no va a ser la excepción, desgraciadamente. Y por varias razones.

Para empezar, el film nace con la desventaja añadida de estar protagonizada por Jim Carrey, actor sacrificable para amplios sectores de la crítica y que aquí hace un grandísimo trabajo otorgando alma y sobre todo, locura, al legendario aguafiestas protagonista. Pero sobre todo, será castigado por una versión sin complejos de un cuento clásico y tradicional que ya ha sido contado en innumerables ocasiones, aportando la única novedad de la más opulenta tecnología.

En efecto, a la elemental efectividad del relato de Dickens, Zemeckis se limita a aportar cierta sensibilidad contemporánea. Pero no se engañen: Cuento de Navidad es uno de esos films familiares para nada ingenuos, que enriquece su bienintencionado mensaje con un irresistible aliento tenebroso u oscuro que sitúa su horizonte más allá del público infantil. El resultado es un encillo artefacto de tecnología punta que, pese a cierta frialdad final, permite a Zemeckis exhibir muy confiado sus dotes de narrador.

Son demasiados los instantes memorables del último hit de Disney como para que se nos olviden: los paseos de Scrooge ese nocturno y silencioso Londres son arrebatadores, como lo son también varias de las persecuciones que adornan el film (en glorioso 3D, por favor: atención a ese plano del caballo mirando); o la revelación final del Mr Scrooge incorporado por Carrey, que por fin encuentra el momento para sus brillantes humoradas físicas llevando el descubrimiento final de Scrooge al territorio de la pura esquizofrenia.

Si uno supera el handicap de que nada nuevo hay bajo el sol, disfrutará con el extraordinario despliegue técnico de una peripecia que es puro cine. Cuento de Navidad es una fábula sin límites visuales o narrativos, un regalo para los ojos y los oídos tan apabullante que es capaz de comerse el material original literario. No obstante, Zemeckis es un tipo avezado que sabe ponerse límites. La fábula moral originaria se preserva sin ningún tipo de modismo, y la tecnología resultante sólo sirve para presentarla como un sobrehumano espectáculo que, además, fascina por su arrebatador estilo visual. El director de Contact mueve la cámara con una soltura, vigor y expresividad capaz de enamorar al más pintado, y convierte un mito primigenio en un espectáculo audiovisual de primer orden.

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