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El Plan B: Vade retro, Jennifer Lopez

Jennifer Lopez regresa con una comedia romántica tan desmayada, sosa y poco divertida que extraña su estreno en cines. Zoe decide no esperar a que aparezca el hombre perfecto. Empeñada en ser madre, decide fecundarse in-vitro, aunque ese mismo día va a conocer al candidato ideal...

Jennifer Lopez regresa con una comedia romántica tan desmayada, sosa y poco divertida que extraña su estreno en cines. Zoe decide no esperar a que aparezca el hombre perfecto. Empeñada en ser madre, decide fecundarse in-vitro, aunque ese mismo día va a conocer al candidato ideal...

Todo en El plan B se reduce a los pucheros de la protagonista, a sus impagables reflexiones en off y, en definitiva, al vaivén de la estrella estrenando nuevo flequillo. Jennifer Lopez petardea por Nueva York durante cien largos minutos y nos trata de colar por la escuadra una comedia romántica tópica, aburrida y falaz, diseñada para un lucimiento cuando menos discutible y centrada en chistes de categoría, todos ellos sobre el perro cojo de ella, la envergadura indiscutible de su trasero o los abdominales depilados de él.

El plan B apenas ofrece nada más a lo que agarrarse. En el reparto del film no hay apenas un nombre destacable al margen de su protagonista, y ni siquiera el director Alan Poul, del que desconozco referencias ni quiero buscarlas, le da un mínimo toque personal o novedoso al evento.

En definitiva, lo que nos encontramos es una sosísima comedieta ciertamente desubicada, que no disimula su procedencia televisiva con un solo momento que no dé vergüenza ajena . El film ofrece tópicos por partida doble, que son todos los del romance al uso de Cuando Harry encontró a Sally, sumados a los de las películas de embarazos a lo Baby, tú vales mucho. A diferencia de aquellas ésta carece de un hálito de interés, es un film muerto, carente de vida, que ni siquiera ofende pero que aburre a paletadas.

El Plan B parece más el capítulo piloto de una serie televisiva, o mejor dicho, dos episodios de la insoportable serie Sexo en Nueva York despojados de todo asomo de (cargante) personalidad. Lo peor es que se trata de un film aquejado de una indefinición rampante. Por un lado se apuntan gags de perfil grueso muy al modo de los Farrelly y Algo pasa con Mary, aunque suavizados por el exceso de (anódina) personalidad de su estrella. Por otro, tenemos la sobadísima comedia romántica en su vertiente más genérica e insustancial. Elijan ustedes.

En Chic

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